Desmenuzando PINTA: la feria de arte latinoamericano

por · Diciembre de 2011

Hablan el curador Carlos Navarrete y las artistas Elisa García de la Huerta y María Edwards, desde Nueva York.

Publicidad

En sólo cinco años, Feria PINTA se ha convertido en la vitrina de arte latinoamericano más influyente del mundo. Y desde hace tres años, cada primera semana de noviembre el arte de Latinoamérica desembarca en Nueva York de la mano de la Feria de Arte Latino Americano Moderno y Contemporáneo, Pinta. La feria, que es de organizadores argentinos, está tratando de abrir paso al arte de la región, en una de las capitales del arte mundial.

La importancia de internacionalizar el arte y crear nuevas fronteras es fundamental. Lamentablemente en Chile aún no se crea la suficiente conciencia de ello y, de las 50 galerías que exhibieron, sólo Artespacio vino en representación de Chile.

Carlos Motta, Ivory Tower

María Edwards, Elisa García de la Huerta, Pablo Jansana, Benjamín Ossa y Andrés Vio, expusieron sus obras durante un fin de semana, en el piso 11 de un edificio en la mitad de Nueva York, en la 34th street. Otros chilenos que estuvieron presentes, y que ya se han convertido en “los infaltables” de grandes ferias, como Basel y Armony, fueron Matta, Juan Dawney e Iván Navarro.

Curatoría

La elección de varios talentos emergentes por parte del curador Carlos Navarrete, fue algo que llamó bastante la atención. Además que 3 de los 5 artistas que exhibieron son residentes en Nueva York (Edwards, García y Jansana). Conversamos con el curador y con dos de las artistas que después de una larga estadía en Nueva York, hoy están consiguiendo este tipo de logros.

Liliana Porter

Responde Carlos Navarrete.

Además de la inversión económica, la curatoría de los artistas es bien osada: dieron espacio a artistas emergentes como Elisa García de la Huerta, Benjamín Ossa y María Edwards, en vez de privilegiar rostros más consagrados en el mercado. ¿A qué se debe esta decisión de apoyar artistas emergentes?
—Esencialmente Galería Artespacio tiene dos frentes de trabajo, uno dedicado al Arte Moderno con un fuerte énfasis en la escultura y otro dedicado al Arte Contemporáneo, tratando de dar cabida a la creación de más avanzada. Los artistas que participan en PINTA obedecen a este segundo frente de trabajo, ya que la feria está consagrada a este tipo de visualidad y por otra parte, el proceso de inserción de estos creadores en el competitivo medio internacional tiene más frutos cuando se inicia un trabajo con ellos en sus primeros años de vida profesional, más que con otros creadores que tienen un camino más avanzado. Al hablar de frutos, se piensa en el rendimiento que su obra puede llegar a tener a nivel de mercado y exhibiciones institucionales, como también en el proceso de crecimiento profesional que para ellos significa participar en este tipo de eventos.

¿Cómo fue el proceso de selección de artistas?
—El proceso de selección de artistas se realizó sobre las regulares discusiones que las galeristas tienen con mi persona como curador y académico universitario, además de otros profesionales ligados al arte local. En donde se van testeando nombres, ubicando tendencias y analizando el panorama creativo local, lo que da como resultado no sólo este tipo de iniciativas sino que también otras de tipo editorial.

¿Cuál fue el proceso para poder quedar seleccionado por la feria para participar?
—Básicamente, presentar los antecedentes de la galería al board de Pinta en donde se entrega la propuesta curatorial, la historia de la galería y otros documentos.

¿Hay alguna temática que estén buscando explorar en la curatoría?
—Más que buscar o proponer una temática, la curatoría se ha centrado en lo siguiente: ¿cómo reflejar las pequeñas historias modernas en un orden global? Asunto que de manera intuitiva o racional cada uno de los artistas participantes intenta responder mediante su obra.

María Edwards - Sin título

Al habla María Edwards.

¿Cuándo llegaste a Nueva York?
—Hace tres años. Lo bueno de esta ciudad es que no existe juicio ni etiqueta y un artista puede serlo tanto en su estudio, como en la calle o en cualquier oficio paralelo que deba realizar para mantenerse. Pintar con brocha gorda departamentos del Upper East Side no quita la posibilidad de que al día siguiente me encuentre pintando mi propio mural en un edificio emblemático de New York. Finalmente cada una de las horas invertidas tienen un valor en sí y lo que podría haberse visto como sacrificio se transforma en un paso clave.

¿Cuáles han sido los grandes hitos que han marcado tu estadía en Nueva York?
—El mural que hice en The Starrett-lehigh Building, donde estuve trabajando por casi tres meses. Mientras trabajaba en el mural, se me acercó el director de una importante firma de arquitectos de Nueva York y, luego de ver mi trabajo, me propuso hacer el mural para un proyecto arquitectónico que se realizará en Israel el próximo 2012. Ganarme la residencia en Lower East Side Print Shop, ha sido clave también para mi carrera en Nueva York, por contar con el soporte, financiamiento y espacio para desarrollar mi trabajo, además de vincularme con grandes artistas, curadores y galerías, generando nuevos proyectos, entre ellos una colectiva junto a una artista cubana y una afgana que presentaremos acá, Cuba y Miami el próximo año.

“Una de las muestras que he presenciado y que me marcó especialmente, fue la retrospectiva de Marina Abramovich en el MoMA. Más que nada por la idea de los límites y resistencia que plantea con su obra, elementos con los que uno convive a diario y que en esta ciudad sobre todo se vuelven tan patentes en la búsqueda permanente en la que todos están”.

María Edwards

¿Qué es lo mejor de estar participando en Pinta?
—Estar en Pinta significa un hito importante. La oportunidad de exponer el resultado de una etapa de trabajo para dar paso a una siguiente y continuar la búsqueda abriendo nuevas posibilidades.

¿Qué temática estás buscando explorar en tu trabajo actual?
—Mi obra surge de las conexiones que establezco entre lo concreto y etéreo para revelar el objeto o espacio ausente en la imagen. Con esta última serie de teatros vacíos, busco revelar la memoria de un espacio anónimo y la energía contenida en él, creando un diálogo entre la descripción y la revelación.

¿Cómo afecta esta ciudad a tu trabajo?
—Partiendo por la cantidad de estímulo, información y posibilidades, que hacen de alguna manera y más que nunca buscar en mi trabajo una relación más intima y depurada de tanto ruido. Volver a lo elemental y más esencial de la imagen, tanto a nivel conceptual como material.

¿Cuál es tu rutina como artista?
—La rutina se va modificando según los proyectos que van apareciendo. Combino el tiempo que puedo pasar en mi estudio con mi trabajo en un taller de restauración de arte, en donde por algunas horas logro abstraerme de la ciudad y la rapidez del tiempo y sumirme en la minuciosidad del oficio, acercándome a la historia que existe detrás de cada pieza que llega para ser reparada, aprendiendo desde química, pigmentos y diversos materiales hasta el valor que tiene el paso del tiempo en los objetos. Elementos que de alguna manera han comenzado a aparecer e influenciar mi obra también.

¿Cuál es tu espacio de trabajo?
—Tengo mi estudio en Manhattan en un antiguo edificio en la 36th con la 8 Av. Un espacio que comparto con un grupo de artistas de diferentes partes del mundo. Pero mi espacio de trabajo se modifica también según la obra, cuando son murales el espacio público se transforma en mi estudio.

¿Quiénes son tu red de apoyo más cercana en la ciudad?
—Julia Nitsberg, artista y restauradora rusa. Nos conocimos en School of Visual Arts en la residencia de libro de artista que hice en mi primer año en New York, luego trabajé como su asistente y me enseñó todo sobre restauración de Arte y hoy día trabajamos juntas en su estudio en Manhattan. Sisha Ortúzar, chef y creador de Wich Craft, River Park y Craft. El fue quien me encargó mi primer mural en New York y hoy además se ha transformado en un gran amigo.

Elisa García de la Huerta - Scared

Responde Elisa García de la Huerta.

¿Cuándo llegaste a New York?
—La primera vez llegué en mayo de 2008, viví en Connecticut, a 30 min de Manhattan, después me volví a Chile unos meses y volví a Brooklyn en Agosto del 2009. Fui Au Pair, cuidé niños en dos familias por casi un año para poder mejorar mi inglés, estudiar, ver exposiciones, museos e investigar universidades. Significó mucha soledad e inestabilidad emocional, era institutriz: niñera, chofer, profesora y mamá de niños de familias ricas norteamericanas con costumbres y valores muy distintos. Requirió mucha fortaleza y esfuerzo día a día. El proceso de postulación a las universidades y beca fue también muy largo y estresante. Tenía todas las fichas puestas en volver a estudiar, la incertidumbre y presión personal tiene un costo alto, además andar de paso por Chile no es fácil cuando uno ya ha vivido afuera desde hace tiempo. El año 2007 me había ido a vivir a Londres.

¿Cuáles han sido los grandes hitos que han marcado tu estadía en New York?
—Cosas pequeñas. Me acuerdo la sensación de estar instalándome en mi primera pieza en un departamento en Fort Greene. Fue una satisfacción personal muy grande, sentir que estaba en New York después de tanto esfuerzo y saber que venía un gran aprendizaje humano y académico por delante. También recuerdo lo rico que fue después de dos años de vivir aquí, que mis papás me vinieran a ver por primera vez para mi graduación, presentarle a mis amigos, mostrarles mi departamento, mi huerto, el barrio polaco donde vivo (Greenpoint) y mi studio en School of Visual Arts, en donde había estado trabajando intensamente.

¿Qué significa estar participando en Pinta?
—Lo mejor de estar en Pinta es poder mostrar mi trabajo a un público amplio sea especializado o no dentro de un contexto de arte latinoamericano y a su vez representar a mi país. Participar en la feria significa poder generar diálogo o ser localizada por curadores, coleccionistas o audiencia inesperada con la cual pueden salir oportunidades en un futuro a corto o largo plazo, además de posible comercialización de la obra.

¿Qué temática estás buscando explorar en tu trabajo actual?
—Me interesa cuestionar categorizaciones o jerarquías con respecto a modos establecidos de operar en el mundo, esto lo exploro mediante cruces y ambigüedades entre distintas disciplinas como instalación, video, performance, pintura, escultura y fotografía donde indago estados específicos como vulnerabilidad, comodidad, placer y violencia en relación a temas como identidad, cultura, represión y sexualidad.

¿Cómo afecta esta ciudad en tu trabajo?
—NY afecta mi proceso creativo cotidianamente, por una parte esta cuidad es muy demandante, todos debemos trabajar muy duro para vivir por lo que queda poco tiempo para el estudio. Pero a su vez todo lo que te rodea te inspira, la calle y la diversidad de gente es un estímulo constante, además de ver arte, teatro, cine y música todo el tiempo uno se relaciona con gente joven muy interesante y talentosa, todo esto estimula mi práctica de artista y la amplifica a su vez a diferentes prácticas y colaboraciones de todo tipo, las cuales uno va siempre incorporando consciente o inconscientemente en su trabajo.

Elisa García de la Huerta - Confound

¿Cuál es tu espacio de trabajo?
—Tengo un estudio en Bushwick, un barrio industrial donde hay muchos artistas que tienen sus talleres y se han ido estableciendo algunos espacios alternativos y galerías. Es un edificio lleno de estudios, el mío lo comparto con mi colectivo The Push Pops. Además la cuidad es otra plataforma de trabajo donde realizo performance y fotografías.

¿Cuál es tu rutina como artista?
—Voy a mi estudio lo más posible, generalmente 4 horas. Además soy asistente de la artista Anita Glesta, quien hace video instalación y arte en espacios públicos. También hago un internship en una galería (Stephan Stoyanov) en Lower East Side.

¿Quiénes son tu red de apoyo en la ciudad?
—Mis mejores amigas y colectivo que forme en SVA durante mi magíster. Mis amigos chilenos muy cercanos y algunos artistas y coleccionistas para los cuales trabajo. Mis mejores amigos son como mi familia.

Elisa García de la Huerta - Bliss

Sobre el autor:

Marcia Juliá (@marciajupe)

Comentarios