Easter: horóscopo y sopas en Berlín

por · Octubre de 2014

2005, Berlín. Stine Omar sale a caminar por las calles de la ciudad para evadir su pieza de hotel. A través de una ventana cruza miradas con Max Boss, que come fideos chinos, en Friedrichshain. No se atreve a acercarse ni hablarle de inmediato, pero entra al bar y pide un trago. El tiempo se […]

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2005, Berlín. Stine Omar sale a caminar por las calles de la ciudad para evadir su pieza de hotel. A través de una ventana cruza miradas con Max Boss, que come fideos chinos, en Friedrichshain. No se atreve a acercarse ni hablarle de inmediato, pero entra al bar y pide un trago. El tiempo se acaba. Max está por marcharse y, sin pensarlo más, ella corre hacia él y le pregunta si quiere hacer algo entretenido. Él dice que sí. «Fue un momento hermoso que jamás podremos olvidar».

Max debía tomar un tren, se aprontaba a estudiar medicina, pero los planes cambiaron.

Hoy Max Boss y Stine Omar forman Easter, un dúo musical que ha liberado hasta el momento tres discos, todos disponibles en su cuenta de bandcamp. Ur A Great Babe (2011), seguido por The Softest Hard (2012), y el reciente New Cuisine Pt. 1, de este año.

Tras estrenar el pasado 9 de septiembre una serie visual titulada Sadness is an evil gas inside of me, y con ganas de conocer nuestro país, se alistan para visitar Brasil y Argentina en diciembre.

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Max, ¿qué se esconde detrás del nombre Easter?

—Easter es un anagrama de Eaters.

¿Por qué consideran que la comida va de la mano con lo artístico?

—Para mí, una no funciona sin la otra. La comida es mi mayor influencia, por lo que no me dedicaría a lo artístico si no hubiese comida en medio. Además, cocinar no tiene sentido si no conoces su arte. En cada plato de comida pongo la misma energía espiritual que en mi trabajo.

¿Esta es su primera vez en Sudamérica? ¿Qué expectativas tienen?

—Es la primera vez y esperamos movidos paisajes latinos.¡Afirmen a sus hijas adolescentes!

He leído sobre cómo se conocieron, pero me gustaría que me iluminaran un poco más. ¿Cómo se han mantenido juntos?

—Éramos jóvenes confundidos, pero encontramos respuestas en el otro. Oscuro invierno en Berlín, sopa de fideos en una tienda de una esquina, mucho té. Creo que hemos permanecido juntos porque los dos creemos que el mundo necesita nuestro trabajo tanto como nosotros necesitamos el uno al otro.

Cuando vi los videos en su canal de YouTube, sentí que todos juntos eran como un largometraje. En cada uno de ellos se se transmite la misma vibra. Artísticamente, ¿apuntan a algo en específico?

—Creo que con Easter estamos tratando de crear algo que nos salga de manera muy natural, y que represente el estado emocional que estemos viviendo. Casi todo lo creamos de una forma muy espontánea y rápida. Agradablemente, nuestro trabajo es siempre compatible con la fluidez del día a día.

Cuéntenme sobre el video de “Alien Babies”. ¿Cómo nació esa idea?

—Para esa canción teníamos la visión que de queríamos a Britta bailando. El resto lo construimos en relación a esa imagen. Fue súper cool que interactuara de esa manera con la canción. Es una pro. La mayoría de las veces creamos algo porque previamente decidimos que así lo haríamos. Siempre fijamos un tiempo límite, eso ayuda. Pero no necesitamos algo así como un detonante específico, sólo algunos tragos y horas en el estudio.

¿Qué recuerdos tienen de niñez?

—Stine era una niña súper feliz, nunca podía permanecer sentada. En cuanto a mí, todo lo que recuerdo antes de conocerla es que estaba en la secundaria y que tenía un hermano al que me podía aferrar.

Ustedes son libra y géminis, por lo tanto hacen buena combinación. ¿Creen en la compatibilidad astrológica?

—Soy débil por la luna y las estrellas. Un pepino tiene un 90% de agua y una persona tiene un 70%. Siempre nos sentimos sedados cuando la luna está llena. Tenemos el sol en la octava casa, la luna en la séptima. La luna hace un conjunto con Venus, y Venus está en la séptima casa, así que somos una pareja perfecta en cuanto a negocios y placer.

El 9 de septiembre fue la premiere de Sadness is an evil gas inside of me, en Berlín. ¿Estará disponible en el futuro cercano para el resto del mundo?

—Por lo menos no en internet, pero estamos haciendo una segunda gira del video por muchos cines y galerías alrededor del mundo, y a lo mejor la temporada completa va a estar en Netflix algún día.

¿Tienen películas favoritas? ¿Alguna recomendación?

—Me encantó Under The Skin del año pasado, con Scarlett Johansson —responde Max—. Pero la odié en Her.

—Estoy de acuerdo —dice Stine—. Haciendo memoria, una rápida lista de mis películas favoritas: Thriller; a cruel picture (1973), Heather (1988), Even cowgirls get the blues (1993), Willard (2003) y casi todas las películas de Gregg Araki, especialmente Smiley Face. Y casi todas las películas basura de vampiros, o las zen.

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Cuando les propuse imaginar un día ideal, así respondieron:

—Me levanto y escucho a la persona de la que estoy enamorada tarareando una canción mientras resuena el pitido de la máquina de café. Mientras el aroma llega a mis fosas nasales, mi amor llega a la cama con dos pack de Snus y dos vasos de mimosa previos al café. Me dice que es un buen día. Hago eso y la situación se transforma en sexo caliente. Cuando terminamos, el café está tan frío, pero estamos tan transpirados que decidimos finalmente convertirlo en café helado. El sol está radiante. Salimos al patio y nos bronceamos un poco mientras conversamos sobre qué queremos de desayuno, y mi amor me dice que me puedo dar una ducha mientras se ocupa de todo. Salgo de la ducha a un festín masivo, a un buffet vegano. Le ayudo con los retoques finales de una ensalada y hago licuados exóticos en la juguera. Terminamos la champaña mientras comemos. De repente nos damos cuenta de que hay unos paquetes en la puerta. Son una cámara nueva, un computador y una máquina de arroz, y caemos en cuenta de que es nuestro cumpleaños mientras desenvolvemos los regalos. Estamos en eso cuando aparece un auto convertible, y la ricura manejándolo nos pregunta si necesitamos un paseo. Nos lleva al bosque, que es el inicio de un increíble relato navideño en el que estoy trabajando. Se me acerca un jabalí y me arrodillo ante él, ante sus ojos; sé que está listo. Se arranca hacia el bosque y lo seguimos. Conseguimos sacar unas fotos increíbles del hermoso animal corriendo en su hábitat salvaje. Cuando aminora el ritmo, llegamos a un gran lago donde otros animales están bebiendo. Levantando la mirada, nos saludan. En ese momento recuerdo que tengo una mochila llena de cosas de picnic, así que nos instalamos a comer con los animales. Papi Soy, nuestro perro, también está ahí y le doy de comer una sandía mientras hace buenas migas con un venado y un grupo de conejos. Luego de un rato, estamos demasiado satisfechos por todo lo que hemos comido. Afortunadamente también llevé tequila, que bebemos, sintiéndonos mejor. Nos levantamos, nos despedimos de nuestros amigos animales y continuamos el paseo por el bosque. Papi Soy se nos une en el regreso al convertible, donde la ricura que maneja nos espera. Nos lleva a una fiesta al aire libre. Todavía la temperatura está agradable. Nos ofrecen unos pasteles que nos hacen muy felices. Queremos bailar y ser más felices que nunca, más de lo que lo hemos sido en todas nuestras vidas. Papi Soy también está contento, por lo que corre junto a un cachorro gordo que anda por ahí. Tras varias horas de salvaje extravagancia, nos tiramos a un sillón muy cómodo, al que acuden unos agradables empresarios, quienes nos informan que quieren contratarnos para hacer un tour mundial. Tienen además una residencia estudio en Los Angeles donde podemos establecernos para trabajar en nueva música. Les contamos sobre la película que estamos haciendo, y nos dicen que su amigo involucrado en el cine va a arreglar un estreno enorme. Conversamos por largo rato. Bebemos tragos tropicales mientras el sol se esconde. Es la puesta de sol más hermosa que puedes imaginar, y la noche es joven, así que seguimos a los amigos del cachorro gordo a una larga caminata por la playa, hasta que el hambre nos ataque nuevamente. Empezamos a hablar de comida y luego regresamos a casa para buscar interesantes recetas con las que podamos usar la nueva máquina de arroz. Comemos mientras vemos una cómica película sobre aliens adolescentes. Luego nos dormimos.

Aparentemente esta es su primera entrevista en español. ¿Les gustaría decirnos algo en especial?

—Hola, bebés. Presionen a sus locales de fiesta para que nos lleven a Chile en diciembre. Si no, !vayan preparando sus pasajes a Brasil!

Sobre el autor:

Valentina Peña

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