Eduardo “Topo” Topelberg, candidato a concejal por Ñuñoa: «donde vaya me dicen Marco Antonio Solís»

por · Octubre de 2012

Eduardo Topelberg, candidato a concejal por Ñuñoa

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Su jingle de campaña lleva más de catorce mil visitas en menos una semana. 45 años, actor, director audiovisual, baterista de Dorso, Pentagram y gloria viviente de la historia del metal chileno, Topelberg planea convertirse en uno de los diez concejales que elegirán los votantes de Ñuñoa el próximo 28 de octubre.

Para ello propone su idea «AER»: arte para la comuna, más espacios de desarrollo cultural para los ñuñoinos y respeto por los abuelitos. «Soy sincero, no pretendo ofrecer más pega ni acabar con la delincuencia. Propongo las güeás que yo sé hacer no más, que es la cultura. O sea, si puedo lo voy a hacer, pero no pretendo tirarme los peos más arriba del culo», dice el “Topo”, el concejal metalero.

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¿Por qué ser concejal por Ñuñoa?
—¿Por qué me candidateo, o por qué me metí en la güeá de la política?

Ambas.
—Puta, básicamente todo surgió después de un viaje a Buenos Aires que hice el año pasado. Necesitaba desintoxicarme, estaba aburrido de la actitud de los chilenos, así que partí y me fui no más. Iba a cometer un crimen si no me iba. Y todo surgió por una invitación que me hizo el Partido Radical (PRSD), a través de mi hermano, que tiene muchos contactos políticos. Y puta, la pensé y dije: si a dos horas de acá está pasando de todo con el arte, el espacio y el respeto, por qué no hacer algo así acá en mi comuna.

¿Antes habías militado o conocías de cerca algo relacionado con política?
—No, nada.

¿Y qué tal la experiencia?
—Me he dado cuenta de lo socialista que soy, sin saberlo. El otro día nos cagábamos de la risa porque me acordaba que cuando tenía quince años y veía a mis amigos que se ponían a chupar y se curaban, yo dejaba de tomar, porque alguien los tenía que ir dejar a la casa: ¡ESA ES CONCIENCIA SOCIAL POH, GÜEÓN! Y siempre he sido así.

Muchos candidatos ofrecen cosas similares, el tema del arte, de la cultura, el deporte. ¿Qué posibilidades reales hay de llevar a cabo todo eso?
—Puta yo creo que es posible. Si no creyera que es una opción real, estaría puro güebeando. Cuando yo hablo de cultura, espacio y respeto, es porque es lo único que yo sé hacer. No puedo ofrecer más pega ni acabar con la delincuencia. O sea si puedo lo voy a hacer, pero no pretendo tirarme los peos más arriba del culo. Por ejemplo, la parte de atrás de Plaza Ñuñoa, la que da hacia Dublé Almeyda, está botada. En ese lugar deberían haber todos los días obras de teatro, música, payasitos, güeás pa’ los cabros chicos. Y desde el terremoto que está la güeá tirá, poh. Tenemos los recursos para hacerlo, amplificación, contactos y gente que quiere hacer cosas.

¿Cuáles son tus propuestas reales?
—Yo practico artes marciales, muay thai y capoeira. Y me gustaría que los viejitos y los jóvenes pudiesen aprender para poder defenderse. Yo hace muchos años que no veía en este país tanta violación, tanta pedofilia…

¿Crees que está bien combatir la violencia con violencia?
—Por eso está el capoeira, porque es mucho más coreográfico. Es esquivar, más que nada, de una forma armónica. Está hecho para la gente mayor. El muay thai está hecho para los más jóvenes, pero no para que les peguen a los pacos. Si no hay acceso monetario, si hay tantos problemas, esta es una pequeña ayuda para la juventud. Porque hay tres grandes errores en la educación, pero no voy a contar el mismo tango sobre lo monetario. En Chile, primero, no se enseña educación cívica en los colegios. Se le da pocas horas a la semana al deporte. Yo no soy un gran deportista ¡OJO! Pero el deportista no está metido en güeás, no anda botando semáforos. Ñuñoa, como pocas otras comunas, tiene muchos parques, plazas, y hay que aprovecharlas.

¿Cómo has percibido tu campaña, cómo han sido los puerta a puerta?
—Puta pa’ donde voy las viejitas me dicen Marco Antonio Solís. Hay un tema con Marco Antonio Solís, el güeón es como Jesucristo. Entonces a mí la gente se me acerca, me cuenta sus problemas. La otra vez estábamos en Villa Frei y se me acerca un viejito y me contó que en las noches hacían carreras de motos y que han atropellado a dos niñitos y esa güeá no sale en las noticias. ¿Y sabes lo que quieren? Un lomito de toro, ¡10 kilos de cemento, poh güeón! No están pidiendo un semáforo, no están pidiendo protección policial. Y uno puede hacer la gestión. Pedirle a privados que se pongan con un lomo de toro y solucionas de una los problemas de estos vecinos.

¿No te da miedo transformarte en un político típico?
—No creo, güeón, no es lo mío. Yo nunca he robado, porque no necesito. Yo tengo mis negocitos, mis güeás.

¿Qué opinas de Pedro Sabat?
—No lo conozco, pero la güeá del liceo, cuando trató a las pendejas de putas, fue horrible. Yo tengo madre, hermanas y tengo mucho respeto por el ente mujer. Por otro lado, veo también que me están cerrando los espacios. Acá, por un tema de patentes, podí tocar en La Batuta y en el Rock y Guitarras. Hace un tiempo, acá (en el Rock y Guitarras) tocó una banda de cóvers de Mötley Crue o Guns N’ Roses, no me acuerdo, y una mina mostró las tetas. Un güeón subió el video a youtube y la municipalidad cerró el local con parte y todo por dos semanas, poh. Eso es cerrar los espacios. Yo creo que hay una pequeña maldad en todo eso.

«El metal está en la cabeza»

¿Cómo surgió la idea del jingle?
—Puta, salió en 30 minutos. Lo grabamos con el guitarrista de Ogro, mi banda, y lo mezclamos en una hora. Queda claro el lema de la campaña que es AER y la onda que quiero mostrar.

¿Por qué salen mariachis en el video, tiene algo que ver con Marco Antonio Solís?
—No, cachamos que a las viejitas les gustan las rancheras y apostamos por eso. Pasan cosas lindas cuando vas con los mariachis a hacer puerta a puerta. Le regalamos serenatas y te das cuenta que funciona, porque al final ellos son los que realmente votan.

¿Qué se siente haber sido parte de la historia del metal chileno junto a Pentagram?
—Puta, un orgullo tremendo. Hicimos una gira por Europa hace algunos años, nos trataron increíble. Habíamos pasado piola durante años, hasta que Napalm Death hizo un cóver de nosotros y nos hicimos conocidos. En Europa la gente te va a ver y paga por ver un show. No nos hicimos ricos, pero vendimos más de mil poleras de Pentagram. Dejé la banda hace dos años, porque no quería retrasar a los cabros, aparte dejé de tocar batería.

¿Por qué dejaste la batería?
—Empecé a sentir un dolor en la pierna derecha y me diagnosticaron una neuropatía. Tuve que dejar de tocar y cambiar algunos hábitos. Me hice un by pass gástrico el año pasado, bajé 80 kilos, una güeá impresionante. Antes de eso estuve a punto de ponerme el pijama e’ palo. Igual ya estaba medio chato, la batería es un instrumento lindo pero ingrato. Tienes que andar para todos lados con los tambores cargando. Ahora canto tengo dos proyectos musicales: Ogro, mi banda con la que hacemos cóvers de Camilo Sesto y otras canciones en español, y mi otra banda es Electropónico, un proyecto de tango trash que dejé a medias después de mi viaje a Buenos Aires y que pretendo terminar de mezclar pronto.

Por último, ¿ha habido algún prejuicio por tu pinta o por el tema de ser metalero en tu campaña?
—No, güeón, por parte de los viejitos nada. Yo diría que los güeones de mi edad son los que más critican la pinta. Como una cosa de «por qué ese güeón se viste así, se levanta tarde y gana lo mismo o más que yo», por ahí sí que hay un prejuicio. Yo no tengo hijos, no tengo señora, soy soltero, pero tengo sobrinos, mi viejo, mi vieja y tengo mi pega como toda la gente normal. El metal está en la cabeza. A veces un güeón puede tener pinta de nada y es más metalero que cualquiera.

Eduardo "Topo" Topelberg, candidato a concejal por Ñuñoa: «donde vaya me dicen Marco Antonio Solís»

Sobre el autor:

Gonzalo Paredes (@gonzaloparedesm)

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