El 4 de julio se celebró el estreno de la segunda parte de la trilogía Buenaventura, escrita por Luis Alberto Heiremans, prolifero dramaturgo chileno de la generación del 50: El mar en la muralla, que continuará en cartelera hasta agosto. En El mar en la muralla encontramos a Rebeca y Octavio, una pareja con varios […]
El 4 de julio se celebró el estreno de la segunda parte de la trilogía Buenaventura, escrita por Luis Alberto Heiremans, prolifero dramaturgo chileno de la generación del 50: El mar en la muralla, que continuará en cartelera hasta agosto.
En El mar en la muralla encontramos a Rebeca y Octavio, una pareja con varios años de matrimonio a cuestas, atrapados en un mar de deudas y sufrimiento, provocado principalmente por la enfermedad y muerte de su única hija, Rebequita. Sin embargo la obra no es un proceso de duelo, sino que más bien se trata del retorno a un anhelo perdido con los años, de la aparición repentina de un estado de esperanza, enmarcado por la posibilidad del mar, por el recuerdo de la existencia de un lugar llamado Buenaventura. Un espejismo de tiempos mejores, que aparece fugaz en un presente tedioso.
En esta trilogía, la palabra Buenaventura es una línea que enlaza las tres obras de manera subterránea. Tanto en la primera parte, El año repetido, como en El mar en la muralla, la palabra tiene una densidad que va mucho más allá de lo geográfico, trascendiendo al idealizado puerto del mar Pacífico colombiano. Buenaventura existe en el imaginario de los personajes como un equivalente a la esperanza, a la movilidad que creen necesaria para terminar con lo estático de la soledad, la muerte y el duelo.
Con la gran actuación de Claudia Di Girolamo y Sergio Hernández, la obra se desarrolla en un único espacio físico: el departamento de la pareja. El manejo de la escenografía está tan bien logrado, que un solo espacio se convierte en varios, enmarcando todos los estados de ánimo por los que pasan los personajes. El manejo de la luz, la música del viejo radio, las imágenes que representan el exterior (o a veces la procesión interna que se exterioriza), todo funciona con armonía, entregando a la historia un ritmo y una gama de estados y sensaciones que hacen parecer breves los sesenta minutos de duración de la obra.
Esta es la segunda obra dirigida por Antonio Campos, con la compañía Teatro de Gerónimo. Aún queda pendiente cerrar el ciclo con la tercera parte: Arpeggione que toma el nombre de una sonata de Schubert y que seguro, si continúa con la línea y la calidad de las dos primeras partes, podemos considerar desde ya un imperdible.
Buenaventura II
El mar en la muralla
Compañía Teatro de Gerónimo
Autor: Luis Alberto Heiremans
Dirección: Antonio Campos
Compañía: Teatro de Gerónimo
Actuación: Claudia Di Girólamo, Sergio Hernández
Diseño integral: Daniela Fresard
Asistencia dirección: Diego Ruiz
Mundo sonoro: arturoypollo.com
Audiovisual: Antonio Luco
Gráfica: Pablo Montealegre
Duración: 60 minutos
Horarios: Jueves a sábado a las 20.30 horas, domingo 19.30 horas.
Valor: $8.000 general, $4.500 estudiantes y tercera edad.