A treinta años del comienzo de Electrodomésticos, Carlos Cabezas habla del nuevo disco Se caiga el cielo y de porqué su banda no transa con la nostalgia.
En junio pasado un grupo de bandas encabezado por Jorge González, Upa y Sexual Democracia ajustó cuentas con la década de los 80. En clave de nostalgia distintos proyectos locales que invadieron las radios durante dictadura se presentaron como “Las voces de los 80”. Pero los Electrodomésticos, que publicaron sus discos ¡Viva Chile! (1986) y Carreras de éxitos (1987) durante esa década, se marginaron del evento.
«No estamos en esa parada», explica el guitarrista y cantante Carlos Cabezas en esta entrevista. Su banda, que completan el bajista Silvio Paredes y la baterista Evita Rojas, prefirió el riesgo y la búsqueda musical a través del registro de un nuevo disco de estudio, Se caiga el cielo.
Con varias semanas de diferencia respecto del lanzamiento en Santiago, antes de llenar el Teatro Municipal de Valparaíso la cita con la prensa comenzó temprano. Una cena y luego el cuestionario. Entraban Cabezas, Rojas y entre el staff de músicos asomaba Cuti Aste.
Pasadas las 21 horas comenzaba el show con los teloneros Emociones Clandestinas, agrupación que sí participó en la cumbre ochentera y que en la noche porteña efectivamente repasó sus éxitos de antaño. Eso gustó entre el público que mayoritariamente sobrepasaba los treinta. Una hora después, Rojas, Paredes y Cabezas salían a escena acompañados de Cuti Aste en teclados, una alteración respecto del memorable concierto de lanzamiento en el Teatro Municipal de Santiago, que contó con Valentín Trujillo en teclados y Ángelo Pierattini en segunda voces y segunda guitarra.
Partieron con “Los pasos que dejaste caer” y el teatro quedço absolutamente mudo. Continuaron con “Se caiga el cielo”, “Corazón”, “Fe de carbón”, ”Solo nombrar” y “Besar adiós”, donde se pudo distinguir claramente las capas sonoras que presenta el nuevo disco de la banda iniciada hace treinta años en un Santiago subterráneo.
—Los teloneros Emociones Clandestinas se presentaron en la cumbre Las voces de los 80, ¿ustedes fueron invitaron?
—No quisimos ir por varias razones. Estábamos a días de lanzar el disco y estábamos muy concentrados en eso. Lo del Municipal (de Santiago) fue un trabajo de dos meses, con gente que participó en el diseño, coros y nos juntábamos día por medio a trabajar. Fue intenso e ir a Las voces de los 80 significaba desenfocarnos. Estamos en otra parada mirando para delante y lo de los 80… lo respeto mucho, hay gente que tuvo conexión con esa música y es parte de sus vidas y es bueno que hayan llenado, pero nosotros no estamos en esa parada.
—¿Cómo ha sido la respuesta del público con Se caiga el cielo?
—Bien, si consideramos que esta semana está primero en el ranking de descargas de Portaldisc, superando a Los Búnkers que no es menor en términos de popularidad. En general toda la exposición del disco ha estado muy bien. El recital de lanzamiento que hicimos en Santiago lo vieron 48 mil personas por streaming. Estamos re contentos.
—Por ahí dijeron que «si no hay riesgo, te fagocitas». ¿Para dónde va el sonido del nuevo trabajo?
—Es un disco muy Electrodomésticos que fue compuesto tratando de sentir el alma y ADN de la banda, de lo que hemos sido toda nuestra carrera. Tiene los componentes claves que nosotros hacemos: mucho riesgo, experimentación, energía. Tiene muchas capas de información. Es un disco que te entra de a poco, que lo conoces con el tiempo, que tenís que escucharlo muchas veces para entender los detalles. Yo creo que es un disco que muestra muy bien nuestras inquietudes sonoras. Estamos disfrutándolo mucho ahora, cuando lanzamos el disco en el teatro estábamos muy presionado por el rigor, era primera vez que lo presentábamos. Ahora hemos empezado a disfrutar, los ensayos tienen otro tono porque lo hemos tocado varias veces y se producen esos momentos catárticos medios epifánicos que son los que uno busca, vive y muere.
—Llama la atención las murallas de sonido que crean con la percusión.
—Es parte de lo que hemos buscado: exacerbar ese nivel de intensidad. En este disco hay especial preocupación y dedicación de juntar loops y las baterías, y el trabajo con la Edita fue súper importante. Fue un trabajo muy minucioso con ella buscando empatar las dos cosas y no fue fácil. Para esta situación adquirimos tecnología.
—Con cuatro discos de estudio y tres décadas de música encima, ¿cómo se enfrentan a la idolatría?
—O sea si uno empieza a enredarse con la cosa de la idolatría no llega a ninguna parte. Nosotros traducimos eso al cariño de la gente no más. Creo que se nota el cariño de la gente cuando un artista se arriesga. Si tú no te arriesgas estás jugando a tener una satisfacción, a tener más material que espiritual por decirlo de una forma muy básica. Cuando te arriesgas, no tenís seguridad y probablemente la gente refleja en los artistas las pulsiones que no pudieron desarrollar. La gente agradece el esfuerzo por empujar la cosa, en ser coherente con lo que has sido. En no ser autocomplaciente ni quedarse en la melancolía. En no quedarse en el karaoke que hiciste antes. Ir para adelante no más. Se sabe que lo que hacemos no es popular en términos de fama ni nada y la gente aprecia eso y se siente ese cariño y uno usa eso como energía para seguir haciendo lo que te gusta.
—¿Cómo defines a Electrodomésticos en una palabra?
—Creo que es riesgo y energía básicamente. Nunca vamos a transar eso. Jamás vamos a quedarnos en eso. Electrodomésticos son para adelante y para siempre.