Fatboy Slim: cumplir con lo justo

por · Febrero de 2013

Sufrido reporte desde Mantagua, donde el inglés mezcló entre bikinis, sol de febrero y un mar de calugas y curvas peligrosas.

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El fin de semana pintaba para ser extraordinario. Mujeres bonitas, bikinis, cervezas, sol de febrero, arena, mar, más mujeres bonitas y las canciones de Fatboy Slim. Sin embargo, a pesar de todo eso, las cosas no fueron tan así.

Muerto de calor y sediento llegué a Mantagua. El panorama se veía alentador, buena música y harto bailoteo desenfrenado.

Me estiro y me voy derechito a la sala de prensa esperando entrevistar a Norman Quentin Cook, más conocido como Fatboy Slim. Al poco rato llega el inglés, «solo un par de preguntas» nos gritan, lástima.

¿Qué se siente tocar en este lugar? ¿Habrá sorpresas? Pregunta una periodista, a la que el DJ responde: «Nunca he tocado por acá (Mantagua), pero creo que se dará una gran atmósfera sobre todo con la puesta de sol de fondo. Espero hacer muchos amigos en Chile y volver pronto».

La última vez que se presentó Slim en Chile fue en el Lollapalooza 2011. «Hay que trabajar duro para estar acá, va a estar bueno, se siente una buena vibra entre toda esta gente».

Nos responde con lo justo, entonces me lanzo. ¿Estás trabajando nuevo material? ¿Quizás otro álbum para este año? Pregunto, con la esperanza de escuchar alguna novedad. «La verdad no. Voy a estar de gira todo este tiempo. Quiero dejar fluir todo esto, no tengo nada planificado por ahora, además me siento más un DJ que un productor. Tengo muchos shows por ahora».

Recordemos que el DJ inglés estuvo en rehabilitación por alcoholismo el 2009 y tomó distancia de los estudios. Su último disco fue Palookaville (2004) y desde ahí solamente hizo presentaciones en vivo alrededor del planeta, la más recordada: los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Se acaban las preguntas y Norman se marcha hacia el escenario. Sin guardaespaldas pasa por entre la gente, nadie lo reconoce. Quizá no es primordial conocer de vista al dj que hizo bailar a todos en los 90s con “The Rockafeller skank” ni tampoco acosarlo o acercarse, pero un ¡Oh CTM es Fatboy Slim! hubiera bastado, quería ver al fanático in situ en su máxima expresión.

No ocurrió.

Ahora voy por una cerveza bien helada. Primero compro mis “tokens” y a por mí chela. 45 minutos más tarde por fin puedo tomar un sorbo.

Son las siete en punto y la tornamesa empieza a sonar. La mitad de la gente salta y grita, la otra mitad trata de comprar algo para tomar o comer y es IMPOSIBLE. Entre ebria y ebrio me hago espacio para llegar a tomar algo, por último un vaso de agua, pero no: de fondo no escucho nada conocido, ¿está tocando Fatboy Slim?

Me gusta Fatboy Slim, pero soy más bien el fanático “greatest hits”, el que conoce solamente los singles que pegaron en la radio. Me encantaría contarles qué tocó, pero entre el mareo por el calor y revender mis “tokens”, porque fue imposible comprar algo, no pude poner Shazam para ver qué sonaba por los parlantes.

Canción tras canción desconocida y/o mezclada, solo distinguí “Levels” de Avicii, “Satisfaction” de los Stones y entre medio “Right Here, Right Now” y “Porcelain”.

Está bien, es un dj set y no tiene por qué tocar lo que yo quiera.

Arriba, Norman Cook pinchaba sus discos descalzo. Abajo, el ambiente se dividía en tres. Un grupo bailando, saltando y gozando. El segundo, joteando; y el tercero tratando de, aparatosamente, tomar algo. ¿Por qué es tan importante el tercer punto? Fácil, porque tienes a miles de personas sin agua (ni en los baños había), sin poder comprar algo para beber a no ser que estuvieras en el VIP, tuvieras un golpe de suerte o mucho tiempo para esperar y, claro, quisieras perderte a Fatboy Slim.

Nueve y algo de la tarde, muchos en éxtasis y hora de volver a casa. ¿Eso fue todo? Me pregunta un amigo, lo miro con cara de culo y le digo que mejor corramos para tratar de salir del estacionamiento de la casa de la señora Juanita, para no tragarnos el taco de vuelta.

Parece que no había estacionamientos suficientes, así que la gente que vivía cerca abrió sus puertas.

Pongo un disco de Fatboy Slim al regreso…

Fatboy Slim: cumplir con lo justo

Sobre el autor:

Sebastián Rodríguez (@sebastianrw)

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