«Ocurre cuando uno quema grandes cantidades de combustible como el carbón» dice el experto Marcelo Mena.
Como sacado de una novela de ciencia ficción, el esmog se ha vuelto groseramente espeso en Beijing. Es tanta la contaminación que ya no se puede ver el amanecer y por eso las autoridades levantaron pantallas por toda la ciudad para observar amaneceres virtuales.
«Es triste porque demuestra que si un país que está creciendo rápido no se preocupa de la temática ambiental, puede frenar ese crecimiento» dice al teléfono Marcelo Mena, experto en sustentabilidad y energías limpias.
Según el PhD en Ingeniería Ambiental, «claramente los capitales extranjeros no van a querer meter plata para vivir en Beijing si es que no se hace algo para descontaminar».
Así luce la plaza de Tian’anmen esta semana:
Según las mediciones locales, las partículas superan veintiséis veces el máximo establecido por la OMS.
«Es algo duro lo que está ocurriendo» dice Mena. «La causa entiendo que es la calefacción por carbón. La generación eléctrica está aumentando y la calefacción que se hace ahí, como hay tanta población y no hay leña, es con ese combustible».
Algo parecido se vivió el 8 de enero pasado en Santiago a causa de los incendios forestales. «Las concentraciones de Temuco, Osorno y Rancagua, algunas veces llegan a niveles similares» explica Mena. «Santiago llega a esos niveles cuando ocurren hechos como el incendio de hace unas semanas. Cuando uno quema grandes cantidades de combustible sólido eso es lo que ocurre».
