I don’t care where, just far: apuntes personales sobre Deftones

por · Febrero de 2016

Si me preguntan qué espero del nuevo disco de Deftones, respondería como el personaje de una parábola de Kafka: «solo lejos de aquí puedo encontrar mi destino».

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1.
Me gustan los aforismos de Kafka por la sensación de absoluta perplejidad que producen, de situación irresuelta, de verdad a medias. Como si de pronto, y sin razón alguna, soplara el frío viento de la incertidumbre. En uno de estos, “Mi destino”, se nos cuenta una pequeña historia: «Ordené que trajeran mi caballo del establo, pero el criado no me entendió. Yo mismo fui al establo por el caballo, lo ensillé y monté. A la distancia sonó el llamado de una trompeta. Pregunté qué significaba. El criado no sabía nada, no había escuchado nada. Cuando salía, me hizo detenerme para preguntarme: —¿A dónde va, señor?, —No sé, —repliqué—; pero será siempre lejos, lejos de aquí. Solo lejos de aquí puedo alcanzar mi destino.» Cuando lo leí no pude evitar pensar en la que para mí es una de las mejores canciones de Deftones, en ese video sobrio bajo un puente, con los integrantes vestidos de riguroso negro y la voz susurrante de Chino Moreno diciendo «I dressed you in her clothes / now drive me far». Canción que era, probablemente, una especie de adelanto de lo que vendría a ser la carrera de los de Sacramento, más cercana a las texturas densas que a continuar con las letras atormentadas de ese lote de bandas que hicieron nata en la época dorada del nü-metal.

2.
En diversas ocasiones, entre cervezas y conversaciones trasnochadas, he jugado con amigos a esbozar las posibles razones por las cuales Deftones ha logrado envejecer mucho mejor que todas las otras bandas que surgieron en la época. Mientras Korn sufría continuos quiebres por conversiones religiosas o militancias en el mundo de la moda y los integrantes de Slipknot se suicidaban o sencillamente se alejaban para seguir en sus proyectos personales, la camada de Chino Moreno, y a pesar de la trágica y lenta muerte de Chi Cheng, esa especie de corazón zen de la banda, sigue una carrera en donde parece que la amistad y las ganas de seguir torciendo la ruta de un sonido que partió comercialmente con el disco Adrenaline, producido por Maverick en el 94, están intactas. Y es que, a contrapelo de sus contemporáneos, lo de Deftones —para suerte de sus seguidores— no ha sido un componer discos que sean una sola, larga y tediosa canción que se repite como un bucle. Y así, en un álbum convivían los gritos adolescentes, ese teen angst que instalara el grunge, de canciones como “Bored” o “7 words” —mostrando a un Chino Moreno que tenía una destreza para rapear superior que a la de otros malogrados frontmans del mundo del “aggro”—, hasta otras más reposadas, lentas y menos comerciales —y con esto me refiero a cuestiones como la estructura de la canción y la duración de la misma— como “Fireal”, que en clave algo romántica recita hacia el final «I want to be much than more, while I watch you».

3.
Está bien: tampoco es que flirteen con los sonidos más vanguardistas y arriesgados. Sin embargo, ya desde sus primeros demos se podía olfatear una amplitud de registros que, si observamos la diversidad de cóvers que, antes del lanzamiento de su disco B-Sides and Rarities, circulaban en Internet en sitios insignes como “Deftones World”, iban desde S.O.D. (“I want some milk), Suicidal Tendencies (“Subliminal”), Bad Brains (“Right Brigade”), pasando por el rock más alternativo de Weezer (“Say ain’t so” es un clásico de sus presentaciones en vivo), Jawbox (“Savory”), hasta otros ya definitivamente más impensados para un fanático del nü-metal como Cocteau Twins (“Wax and Wane”), Simple Man (“Simple man”) o Duran Duran (“The Chaffeur” y “Nightboat”). Hay algo ahí, una especie de retribución propia de un fan y de un oyente sin muchos resquemores a la hora de elegir discos. Es más, hace poco, NME entrevistó a Chino Moreno para que relatara el soundtrack de su vida y la lista es aún más interesante. Y me gustaría detenerme en uno de los comentarios que aparece en Youtube —porque, por suerte, no todos los comentaristas de Internet son de la misma calaña que nuestros neuróticos y descerebrados compatriotas que llenan los posteos en EMOL: «Those diverse tastes explain why this band is still relevant». Ahí, creo, está la clave.

3.1.
A veces, solo por jugar, pienso en qué canciones me gustaría que Deftones interpretara y hago una lista mental: “Monitor” de Siouxsie and the Banshees, “Used for glue” de Rival Schools, “Head to Wall” de Quicksand, “Last cup of sorrow” de Faith No More. Y así una larga lista.

4.
Hace poco, la banda soltó un pequeño adelanto de lo que sería su nuevo disco, Gore, agendado para el primer semestre de este año. El video muestra una bandada de flamencos rosados volando y, de fondo, escuchamos algo del sonido que la banda prepara para su ya noveno álbum de estudio. Hace poco, también, soltaron uno de los tracks que formarían parte de la nueva placa, “Prayers/Triangles”. Si bien el sonido se asemeja a lo que ya hicieron en Diamond eyes y Koi No Yokan —a mi parecer, dos discos en donde la banda perdió la capacidad de entregar una propuesta nueva, a diferencia de la notoria progresión que va desde el White Pony hasta el Saturday Night Wrist—, el ánimo de mezclar los riffs típicos de Stephen Carpenter con los ambientes de Frank Delgado puede dar señas que nos permitan esperar más de una banda que todavía sigue vigente.

5.
«Me gustaba Deftones, pero agradecí que maduraran un poco, que ya no afinaran sus guitarras con la sexta en Re», dice el narrador de la novela Los suburbios de Eduardo Gortari. Y es que es indudable que el alejamiento de la monotonía de eso que en algún momento etiquetaron como el “Adidas Rock” ha permitido que la banda pueda seguir un poco más fresca que sus antiguos compañeros de carretera. Si me preguntara qué espero del nuevo disco, respondería como el personaje de la parábola de Kafka: «solo lejos de aquí puedo encontrar mi destino». O quizá Chino Moreno lo dejó señalado como dogma cuando gritaba: «I don’t care where, just far».

I don’t care where, just far: apuntes personales sobre Deftones

Sobre el autor:

Jonnathan Opazo Hernández (@ensayo_error) es autor de Junkopia y mantiene el blog lacitadeunacita.

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