Julio Ramón Ribeyro y su decálogo del buen narrador

por · Marzo de 2016

El mayor cuentista peruano, Julio Ramón Ribeyro, autor de ese imprescindible diario de vida llamado La tentación del fracaso, trazó las reglas que deben regir una buena arquitectura narrativa. Aquí sus diez reglas de oro.

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El mayor cuentista peruano, Julio Ramón Ribeyro, autor de ese imprescindible diario de vida llamado La tentación del fracaso, trazó los nortes que deben regir una buena arquitectura narrativa. Aquí sus diez reglas de oro.

UNO. El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.

DOS. La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real, debe parecer inventada y si es inventada, real.

TRES. El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.

CUATRO. La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto, mejor. Si no logra ninguno de estos efectos, no existe como cuento.

CINCO. El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.

SEIS. El cuento debe solo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.

SIETE. El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.

OCHO. El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.

NUEVE. En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.

DIEZ. El cuento debe conducir necesaria e inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.

Julio Ramón Ribeyro y su decálogo del buen narrador

Sobre el autor:

PANIKO.cl (@paniko)

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