La piñata de Andrea Velasco

por · Febrero de 2015

La actriz acaba de lanzar cinco canciones de un electro pop filtrado por Instagram bajo el nombre de Piñata. «La música no es un capricho, siempre me la he tomado muy en serio», dice en esta entrevista.

Publicidad

—Tenía un poco de miedo. No entiendo bien por qué sucede. Hay prejuicios con que un actor también sea cantante. Eso me parece extraño porque la idea que me mueve es ser una artista lo más integral que se pueda.

Así dice Andrea Velasco que enfrentó los comentarios sobre su paso desde la actuación a la música, que el año pasado la llevó a presentar su primer EP: Piñata (2014, Avasoul Records).

En Chile, la incomodidad es inmediata ante esas aventuras. Se desconfía. Se arruga la nariz. Eso lo han vivido muchos: Pablo Schwarz y Néstor Cantillana con su banda Maraca, Sergio Lagos, Celine Reymond con Kali Mutsa o Jean Phillippe Cretton con Rey Puesto. La maldición de la tele: propagar cierta indignidad sobre sus personajes. Hacer de cada uno de sus riesgos un paso en falso.

—La música no es un capricho, siempre me la he tomado muy en serio. La gente me puede conocer más por mi trabajo como actriz, pero eso ha sido porque preferí priorizar en lo que mejores resultados iba logrando.

Cinco canciones de electro pop arreglado, fresco y suave. Piñata es un pequeño viaje bajo la estética de un filtro de Instagram, como la tapa del EP y su primer single —“De paseo”—. «Me atrae la carrera de David Bowie, es el mejor ejemplo de búsqueda, prueba, error y aciertos», advierte Velasco.

Andrea Velasco2

—¿Qué es lo peor que se ha dicho de tu carrera musical?

—Hasta el minuto nada. Quizás ha resultado un poco frío el medio musical chileno —más que el público—, pero espero ir ganándomelos de a poco. Confío plenamente en que Piñata es un trabajo de gran nivel y tiene mucho corazón.

—¿Por qué llamar Piñata a tu primer EP?

—El nombre surgió mientras grabábamos en Los Ángeles, California. Si bien venía dándole vueltas a la imagen y estética del EP como algo medio tropical y playero, no fue hasta un día en que camino al estudio vi el cartel de una tienda de disfraces de fiesta. Eso fue como una señal. «Ya sé cómo se llamará el disco», le dije a Diego, uno de los productores. Y los dos dijimos «¡Piñata!» al mismo tiempo. La palabra era perfecta: representa la fiesta, la sorpresa y se asocia directamente a la cultura latinoamericana.

—¿A qué suena Piñata? ¿Cómo lo definirías?

—Es un disco que, si bien puede parecer pequeño, trae muchas sorpresas. Es electro pop con espíritu veraniego y fiestero. Un pequeño viaje en donde el sello latino de todos los que participamos en el proyecto se mezcla con el lugar y los invitados norteamericanos.

—Me costó entrarle a las letras de Piñata. Hay destellos pero, me parece, no un relato cohesionado en los temas. Según tú, ¿cuál es la idea que recorre el EP?

—Hablo del amor, desamor o rabia, pero desde la superación, desde el dejar atrás lo que duele y liberarse. Cuando escribo suelo mezclar el tema de las emociones con conceptos paralelos como el viaje, la fiesta o placeres. Veo en eso una forma del cuerpo de expresar algo más profundo como es el deseo de seguir adelante.

—¿Tuviste alguna rutina para trabajar las canciones del EP o se fueron dando solas?

—Luego de crear las melodías, me apartaba del equipo para crear las letras y lo que quería decir. A veces con un borrador o, en otros momentos, sólo con un par de palabras que no cerraban del todo. Creo que tenía muy claro lo que quería decir, por eso no fue difícil encontrar las palabras para expresarlo.

—«Aquí (en Chile) no me funcionó. En Estados Unidos las cosas caminan diferente: hay plazos, fechas y los proyectos se concretan», dijiste hace un tiempo. Hay una crítica fuerte ahí. ¿Qué es lo que más te molestó de cómo funciona la música en Chile?

—No puedo generalizar porque hay grandes —y buenos— equipos de producción y músicos en Chile, aunque sí debo admitir que tuve malas experiencias. En Chile se apuesta poco por lo nuevo, por los proyectos independientes. Después de un par de fracasos tuve suerte de que Jorge Costa, Diego Las Heras y Fernando Costa me dieran la oportunidad de mostrarles mi idea del proyecto. Creyeron en mí, apostaron y vivieron el riesgo, cosa que a veces se pierde en esta industria.

—Gepe se demoró una década en tener un éxito masivo y no se ha alejado de lo independiente. Pienso también en Javiera Mena que toca hace quince años. Hay ahí un trabajo a pulso, hormiga. La lógica del hazlo tú mismo. ¿No será que el problema no pasa por apostar por lo nuevo sino mantenerse fijo en una idea irrenunciable en el tiempo?

—Cuando hablo de que a Chile le falta apostar por trabajos nuevos o de corte independiente, hablo, valga la redundancia, entre los mismos independientes, entre los que tienen más experiencia ante los nuevos. En Chile, hoy en día, la gran mayoría del medio musical es independiente. Concuerdo con lo que dices de Gepe y Javiera Mena, los admiro y son grandes exponentes del hacer carrera por sí solos. Ambos son cantautores y autoproductores que han llegado lejos por ellos mismos y su nivel, pero creo que también, en parte, fueron fruto de la desaparición de los sellos y de esta época competitiva que muchas veces no te da más opción que hacerlo todo tú mismo.

—¿Las mujeres que hacen pop tienen que apelar a motivos extramusicales —como la imagen— para llegar al gran público?

—Creo que hay que hacer lo que uno sabe, siente y quiere con todo. Es la única manera de validarte, de desarrollarte como artista y entregar al público lo que quieres dar. Soy consciente de que hay formas estéticas o de imagen que pueden parecer más eficaces para captar público, pero a mí me interesa ser consecuente con lo que busco. No me cierro a lo que pueda venir como artista, pero tampoco me interesa llegar más lejos por el lado banal.

***

El segundo desafío era armar una banda para presentar en vivo Piñata el 10 de diciembre pasado en la Casa Ballantine’s Records. Con la ayuda del cantautor Leo Quinteros contactó a Águila Espacial —teclados y bajo— y a Miguel Irarrázaval —batería—. El ex Alamedas se sumaría con la guitarra y programación. Hace poco, el músico Lainus reemplazó a Quinteros.

—El ex batero de Tréboles, Miguel Irarrázaval, toca en tu banda y durante un tiempo también estuvo Leo Quinteros, ¿la música que han hecho ambos es una de las influencias de tu proyecto?

—Me acerqué a estos músicos por su calidad y experiencia, más que por sus estilos musicales. Por ahora, el trabajo ha sido traspasar todo lo grabado en estudio al formato en vivo. Creo que de a poco se irán notando los aportes y cualidades de cada uno.

Andrea Velasco4

—¿En qué escenarios te gustaría tocar?

—Me gustaría mucho poder tocar en regiones, fuera de Chile y en festivales grandes como Primavera Fauna y Lollapalooza. La verdad es que estoy abierta a casi todo. Creo que la práctica es fundamental para mejorar como cantante y cautivar al público.

—¿Qué esperas que pase con Piñata?

—Que sea un primer gran paso. Más que una invitación a conocer mi lado musical y el proyecto, que sea una puerta para seguir haciendo música.

—La última: ¿Cuáles son tus discos de cabecera?

The Miseducation of Lauryn Hill (1998) de Lauryn Hill, Manners (2009) de Passion Pit, El amor después del amor (1992) de Fito Páez, Outside (1995) de David Bowie, First Instrument (1995) de Rachelle Ferrell y True Blue (1986) de Madonna.

La piñata de Andrea Velasco

Sobre el autor:

Javier Correa (@__javiercorrea) es periodista y coescribió «Nunca cumplimos 30. Una historia oral del Canal 2 Rock & Pop» (2018, @librosdementira).

Comentarios