Los 33 de Pixies

por · Octubre de 2010

Review del concierto en Teatro La Cúpula el 13 de octubre

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Hasta que vinieron, hasta que los vimos, hasta que nos quedamos disfónicos cantando esas canciones que pensamos que nunca podríamos gritar en un show en vivo. Acá una acalorada reseña autobiográfica sobre el paso de los Pixies por nuestro país, y su segundo concierto íntimo en el Teatro La Cúpula ayer.

Nacimiento

Me “robé” el auto. Manejé con una licencia que no está al día. No me querían dejar entrar. Siendo hinchapelotas, saqué todo el idiota, todo el porfiado que tengo dentro. Funcionó. Se notó que soy un fanático de la banda, que los amo a morir.

Quise ir solo, para tener mi momento a solas con los Pixies, para que nadie me preguntara el nombre de la canción, o la letra, o que me preguntaran sorprendidos: “¿hay una mina en los Pixies? ¡No tenia idea!” Me ahorré la rabia, me encontré con gente conocida, amigos de la vida, otros no tanto, me invitaban alegres y sonrientes a unirme a ellos, pero yo me hacia el tonto y seguía caminando. Hacia adelante, contra el escenario, a esas alturas ya poco importaba romperse los tímpanos.

Vida

All 33 men safe….On stage now playing one song for each miner…33 songs
Pixies vía Twitter

Los Pixies estuvieron impecables y cómodos en el escenario. El público siempre feliz, contento, un poco inquieto porque no empezaba el espectáculo. Era obvio que los de Boston estaban esperando a que sacaran al último minero de la mina San José. El concierto, el llamado “saidchou” de Maquinaria, se convirtió en un estelar. Tocarían 33 temas. Sí. 33. Pero eso fue un mito, tocaron 34, y también tocaron 35, según otras personas. Hay un debate al respecto. Pero mejor dejárselo a los sabihondos. Lo que sí sabemos es que si no fuera por los mineros tal vez hubieran tocado como máximo 20.

Pero ahí estaban, viejos, sin su pinta ochentera/noventera, cuando en esos videos de antaño salían corriendo y tirándose por la arena. Tan jóvenes, tan grandes, pero sin ninguna pretensión. Y todo eso volvió, otra vez, de parte de unos viejos, de esos que algunos creían perdidos hace algunos años. Cuántos no quisieron su vuelta a comienzos de esta década. La garganta potente de Black Francis, la sonrisa de la Kim Deal que cautiva a cualquier nerd obsesionado con la banda.

Los que cantaban “Isla de Encanta” con el intento de español de Francis, producto de su mala experiencia como estudiante de intercambio en Puerto Rico. Nadie se lo imagina dando vueltas en San Juan, tomando ron, probablemente maldiciendo alguna melodía de Menudo. Pero así es, sino fuera por Puerto Rico, y su disgusto a la isla, quizás no existirían los Pixies.

Los que coreaban “Where’s My Mind?” y los que se quedaban de brazos cruzados, porque es su canción más comercial. Los que con “Debaser” gozaron, y se juntaron cuarentones, treintañeros, veinteañeros, y más de algún cabro chico colado acompañando al hermano mayor, tratando de darle un poco de sabiduría musical. Como diciéndole: “estos estaban antes que los putos de los Jonas Brothers, antes que toda la weá que escuchái en Radio Disney, te vai a ir de raja pendejo, de raja.”

No faltó el tipo emocionado, que sobre-estimulado por todo el poder de la banda, apenas terminaba esta canción y comenzaba “Gigantic” se trepó en el andamio que sostiene el escenario, y apareció ese grito tan chileno del “¡¡¡weón weón!!!”. Lo bajaron. Los Pixies siguieron su hermoso final, y parece que al pobre idiota lo echaron. Igual se entienden sus intenciones.

Muerte

Fui a los Pixies con un objetivo. Una deuda que tenía conmigo mismo. La cual no tengo puta idea cuál es. Pero fui por todas esas veces que me caí del skate (estoy retirado de las tablas) con los cuatro de Boston sonando en los audífonos. Por todos esos paseos en auto, esos viajes por carretera, donde había un disco de ellos por ahí tirado, debajo del asiento, rayado y a mal traer, y era buena compañía, y se cantaban las canciones a gritos, mientras en las luces rojas los otros conductores te miraban extrañados. También lo hice por todas las minas que me agarré gracias a la música, como cuando una chica atractiva te pregunta qué música escuchas, y uno les muestra “Hey”. Y gracias al rock los feos tenemos una chance, al fin, un remedio para los poco atractivos.

No pueden esperar objetividad de mi parte. Por los 33 mineros saltando al son de “Bone Machine”. Gracias.

Setlist Pixies @ Teatro La Cúpula 13/10/10
Cecilia Ann
Rock Music
Bone Machine
Crackity Jones
River Euphrates
Debaser
Wave of Mutilation
Monkey Gone to Heaven
I Bleed
Caribou
Cactus
Broken Face
Something Against You
Isla de Encanta
Tame
Sad Punk
Hey
#13 Baby
Gouge Away
Is She Weird
Dead
U Mass
Break My Body
Velouria
Dig for Fire
Allison
Ed Is Dead
Mr. Grieves
Winterlong (Neil Young cover)
Here Comes Your Man
Head On (Jesus and Mary Chain cover)
Holiday Song
Vamos
Encore:
Where Is My Mind
Gigantic

* Fotos portada por cortesía de Heineken.cl
* Galería de fotos por Sebastián Jiménez.

Los 33 de Pixies

Sobre el autor:

Cha Giadach

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