Mena

por · Diciembre de 2010

Ya viste a través de los 3D de Bisama, ahora es el turno del poeta y académico hit de PANIKO.cl, Felipe Cussen. Con su visión de Javiera Mena en Pulsar. *Foto: Carla Mc-Kay Mena Antes que caiga la noche, antes que sea demasiado tarde, hemos comprado nuestras entradas. Menos mal: la fila para entrar al […]

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Ya viste a través de los 3D de Bisama, ahora es el turno del poeta y académico hit de PANIKO.cl, Felipe Cussen. Con su visión de Javiera Mena en Pulsar.


*Foto: Carla Mc-Kay

Mena

Antes que caiga la noche, antes que sea demasiado tarde, hemos comprado nuestras entradas. Menos mal: la fila para entrar al concierto de Javiera Mena es larguísima. No cabe duda que es la estrella de esta feria, y que Pulsar se hace chico para ella y sus fans. Nuestra destacada alumna Muriel ya ocupa un lugar de avanzada en esta espera. Habla poco, no necesita ser efusiva porque su sola presencia garantiza la importancia histórica de esta jornada. Me pongo nervioso y rápidamente convoco a mi adorada esposa y al resto de mi íntimo grupo de amigos para que se sumen a la fila. Les ordeno que no se muevan y los insto a concentrarse para lo que vendrá. Aunque ellos parecen demasiado relajados, intento no perder la calma. Finalmente, conseguimos llegar a nuestros asientos sin problemas. Busco a mis amigos de Pániko, la gran familia de Pániko que sin pedirme nada a cambio me ha acogido como a uno de los suyos, pero no los encuentro. Pronto entra Javiera acompañada por Felicia Morales, chelista y corista. Carla corre a tomar fotos y la envidio. Las primeras canciones que tocan, con guitarra o teclado, son breves, pero le sacan mucho partido a las sonoridades de sus instrumentos. Tal como le comento a Álvaro, ésta hubiera sido la oportunidad perfecta para que Javiera reconsiderara la inclusión de la flauta dulce en sus arreglos. Las consecuencias de esta decisión hubieran traído consecuencias insospechadas en la valorización social y la difusión de este humilde instrumento en nuestro país. Me limito a imaginar cómo sonaría una flauta al interior de estas canciones, y luego lo olvido. Javiera se destaca no sólo por un lindo timbre, sino por un fraseo muy sugerente, alargando sólo un poco las palabras. Sé que eso tiene un nombre específico en técnica vocal, pero es irrelevante recordarlo. Es un concierto emotivo y sentimental. Luego vienen algunas canciones más bailables, con las bases disparadas desde el computador. Es una lástima tener que estar sentado, y apenas consigo zapatear desordenadamente. Trato de alcanzar su voz cantando con mi falsete, aunque me da vergüenza que me escuchen mis amigos. Espero que ninguno de mis ellos haga algún comentario al respecto. Por eso son mis amigos. No reconozco el último cover [Leando & Leandro – Piensa en mi]. Lo importante, como en cualquier cover, es que parece que esa canción fuera suya. El recital termina demasiado pronto. Lamento profundamente que no se nos haya ocurrido traer un oso de peluche para lanzarlo al escenario y ella lo recoja y lo muestre. Luego Carla prometerá hacernos chapitas con la foto de Javiera Mena, que ocuparemos para el próximo concierto, y eso me alivia. Al salir, nos quedamos afuera de la sala esperando nada. Muriel se va velozmente y no alcanzamos a despedirnos. Avisan que ya va a tocar Francisca Valenzuela, pero ésa es otra historia, y mucho más aburrida.

Mena

Sobre el autor:

Felipe Cussen (@felipecussen) es investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la USACH y co-autor de Mil versos chilenos y Opinología, entre otras publicaciones.

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