Bomba Estéreo: no lo dejes apagar y grita fuego

por · Julio de 2013

La noche fría y Bomba Estéreo incendia el Teatro La Cúpula con su cumbia sicodélica. Acá revisamos la última actuación en Chile de la banda colombiana con más presencia en nuestros festivales.

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It’s not Columbia
It’s Colombia

En la pantalla se repiten esas palabras. Una, otra vez. En el escenario Simón Mejía, Kike Egurrola y Julián Salazar con los sintetizadores. Por minutos, suenan los primeros acordes de “Sintiendo”. Antes de que salga Li Saumet y nos confirme que esto tiene poco de concierto. Es una fiesta. Una que bien podría estar en una discotec perdida en la humedad de Santa Marta, Colombia. O en algún lugar de África. Pero estamos aquí, hace un frío insoportable. Poco a poco las capas de ropa empiezan a salir. Poco a poco La Cúpula se empieza a calentar.

¿Cómo definir a Bomba Estéreo? ¿Hacen cumbia? ¿Reggae? ¿Champeta? ¿Rock? ¿Rap? O, como ellos mismos se definen: Cumbia sicodélica. Algo así, tal vez. Lo cierto es que el concierto es un trance. Llevan su música a límites indescifrables. Pasean por todas sus influencias y estilos. Los estiran. Toman lo suyo, las raíces y todo lo que tienen a mano. Es cumbia sicodélica.

Pasan “Bailar conmigo”, “Caribbean power” y “África”. «¡Esto es un éxito mundial!». Las pretensiones de los colombianos parecen obvias: dejar la cagá. Hay intensidad, hay desorden. No necesitan hablar. Nadie puede resistirse. Ni siquiera aquellos que jamás se despegan de sus celulares hablan fuerte para hacerse escuchar, no bailan ni gritan. Esos que están solo por estar. Todos sintonizan Bomba Estéreo. Esto es una locura. Lo lograron.

En el escenario Li Saumet se mueve. Se quiebra una y otra vez al lado de la batería y las luces la hacen parte de una teatralidad impostada. A ratos, parece una rockera atormentada o una bolerista o una folklorista o una rapera. Exuda sexualidad. Es pura energía. Luego de “Ponte bomb” suena “Pure love” y Javiera Mena sube al escenario. «Esto que estoy sintiendo es el “Pure love”». La colaboración es, más que nada, entusiasmo.

Las revoluciones no bajan. Las cosas siguen igual. El público no para, no se cansa. Baila, canta. El concierto no tiene clímax porque es una fiesta y en estas todos los puntos tienen que ser álgidos.

Pasa “Pájaros“, el hit “Fuego” y pareciera que La Cúpula se viene abajo con todos nosotros dentro. Con cambio de ropa incluido, cierra el show. Cambia el flúor por dorado. Un vestido que acompaña su última canción. Es “El alma y el cuerpo” y suena menos enérgica que las anteriores. Pero eso ya no importa. El estado de ánimo es Bomba Estéreo.

 

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Bomba Estéreo: no lo dejes apagar y grita fuego

Sobre el autor:

Javier Correa (@__javiercorrea) es periodista y coescribió «Nunca cumplimos 30. Una historia oral del Canal 2 Rock & Pop» (2018, @librosdementira).

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