Parisi show
Es el ingeniero comercial, académico y precandidato presidencial con más prensa de los últimos días. Debo ser (también) franco y reconocer que, en realidad, hace un año atrás no tenía idea de la existencia de Franco Parisi, ni de su hermano Antonino. Hasta que por esas cosas de las tomas de liceos del año pasado, no tuvimos clases y nos fuimos con unos colegas profes a aprovechar la mañana haciendo un almuerzo en casa del Pelado con harto pisco sour matutino como previa.
El Pelado se sentía orgulloso del plasma y del home theater que había adquirido hace poco y me mostraba el efecto que eso provocaba echado sobre un sillón. Fue así como puso el matinal del 13 y, entre las generosas piernas de Tonka Tomicic, vi justamente a estos dos hermanos con pinta de nerds pitucos frente a una pizarra, revelando alguna estafa de las isapres o algo así.
Desde chico, cuando vi a la Tonka Tomicic por la tv, acostado en la cama de mi abuela con ella a mi lado, en el concurso de Miss Mundo Chile, siempre me cautivaron sus piernas, aparte de sus ojitos orientales y encantadores. Lo mismo en MTV Chile cuando presentaba videos veraniegos desde alguna playa. Entonces, estaba sumido en eso, en mirar sus piernas que se cruzaban de un lado a otro, cuando el Pelado me comentó: “estos son los Parisi, son re choros estos huevones”.
LOS JUSTICIEROS
A las semanas, en conversaciones más bien familiares, llegué a entender que el apellido de los Parisi se relacionaba casi con justicieros televisivos, “los economistas del pueblo” no tardaron en llamarles los periodicuchos carentes de imaginación. Eran los hermanos que, perteneciendo a esta cosa media tecnócrata y oligárquica, se preocupaban por la gente, por revelar las mañas de sus colegas, compañeros de estudio y profesores: la clase dominante del país.
De ahí en adelante, los Parisi han venido creando una suerte de reality show subnormal —como todo reality show—, que se ha paseado por tantos canales de tv que uno ya no sabe a cuál pertenece, de igual forma que su ideología.
La comparación fue inmediata: los Parisi como Paris y Nicky Hilton o como Jessica y Ashlee Simpson, hermanos catódicos dispuestos a mostrarnos sus vidas cada semana, a la misma hora, en la misma estación.
Sin embargo, una tarde, en que lo único que pensaba era en salir de la pega para irme a dormir una siesta, un colega me comentó que uno de los Parisi se estaba candidateando para presidente. La verdad, lo tomé como una campaña para posicionar su show de tv. Él insistía en que era una especie de remix de ME-O, aunque personalmente yo no le veía similitud alguna. ME-O había servido para evidenciar el fracaso de la Concertación y la necesidad de recambio más que cualquier otra cosa. Parisi me parecía de frentón un personaje de la tele. Como Tonka, en el matinal.
LAS CONSPIRACIONES
Hasta hace poco todo iba bien, nadie se tomaba en serio la candidatura del economista. Hasta que comenzaron las conspiraciones.
Cuando Salfate se vio envuelto en una operación de los ratis que lo dejó encarcelado por transacción de cocaína, provocando un escándalo mediático, soltó a la prensa una bomba que nadie pescó mucho: su captura tenía que ver con un complot para frenar la carrera de un amigo suyo, rostro de su mismo canal (La Red), con una posible meteórica carrera política, pero que, además, para ayudar a este rostro político emergente, él necesitaba conseguir datos, rompiendo los códigos de lo legal. No dio nombres pero todos supimos que hablaba de Franco Parisi.
Es por eso, quizá, que lo de la semana pasada no parece tan extraño: en un debate flaite con posibles presidenciables que se hizo en Mentiras Verdaderas (del mismo canal donde trabaja Parisi) la red social con más credibilidad del país, Twitter (sí, es ironía), lo dio por vencedor; lo que motivó la furia del actor Pablo Díaz del Río que lo llevó a soltar una copucha que más parecía la mansa teleserie: Franco Parisi habría intentado destruir a su poderosa familia, comiéndole la color a su hermano y tratando de quedarse con sus empresas familiares.
@venganzadelpudu Parisi es el sinvergüenza más grande q se me a cruzado en la vida.
— Pablo Díaz del Río (@pablodiazdelrio) julio 25, 2012
Parisi no tardó en responder, y estoy seguro que está siendo asesorado brillantemente por Salfate, que se trataba de un montaje de los grupos económicos más rancios de este país. Lo que probablemente sea así, ya no me sorprendo con nada.
Sabiamos que vendrian ataques. Es lamentable el ataque con mentiras de parte de un miembro de uno de los principales grupos económicos.
— Franco Parisi (@Fr_parisi) julio 26, 2012
Lo conversamos en el equipo de paniko: no me cae mal Parisi y es cierto. Estoy seguro que nos va a llenar de basura televisiva con conspiraciones, montajes, romances extramaritales, peleas, farándula y política rancia —la telepolítica—. Lo vamos a pasar increíble cada vez que lo veamos en casi todas las secciones de los diarios y en programas de tv.
Es el lenguaje que maneja: el de la caja idiota, el del rating y el de la figuración. Lo que a mí sí me hace ruido es que en un momento en que las organizaciones sociales están alzando aún más la voz por mayor participación en las decisiones de país, mayor democracia, otro modelo económico y la quema de una Constitución nefasta, ningún político ni coalición política haya entendido esto, pensando que sacando a los políticos de los ministerios y las empresas y colocándolos en la tv, se ha logrado el acercamiento al que tanto aspiran. Qué idiotas todos.