¿A usted qué le parece, Pato?

por · Mayo de 2014

Roberto Baggio, el penúltimo gran talento italiano, lanza un centro a la entrada del área grande y Ronald Fuentes, un líbero que no fue grande pero tampoco pequeño, un buen líbero, quizá uno de los últimos, estaba al frente del atacante, apenas a un metro, y la pelota le pega en la mano y el […]

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Roberto Baggio, el penúltimo gran talento italiano, lanza un centro a la entrada del área grande y Ronald Fuentes, un líbero que no fue grande pero tampoco pequeño, un buen líbero, quizá uno de los últimos, estaba al frente del atacante, apenas a un metro, y la pelota le pega en la mano y el tiro va tan fuerte que no alcanza a sacar el brazo, y de hecho le esguinza el pulgar derecho. «Tengo el dedo gordo con mucho dolor», le dijo Fuentes después del partido a Fernando Solabarrieta.

En una cabina estrecha, de trajes beige, camisas azules y corbatas estampadas con Footix, la mascota del mundial de Francia, Pedro Carcuro y Patricio el Pato Yáñez discuten la jugada.

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—Eso no es penal, señor Bouchardeau, en ninguna parte del mundo. Pero sabemos que en esto de la FIFA, ¡la señora FIFA! ¡la mafia FIFA!, qué le vamos a hacer. ¡Los conocidos de siempre! Me da una rabia. ¡Qué vergüenza! No sé si me da rabia o vergüenza. Eso no es penal ni aquí ni en la quebrada del ají. Esa es una pelota absolutamente casual en la mano.
—Lo que pasa es que, claro, tiene algunos centímetros despegada, digamos, el brazo, la mano, con relación al cuerpo, y la interpreta como mano intencionada. Vimos reiteradamente esta jugada y…
—¿A usted qué le parece, Pato?
—Es penal, ah. Qué le voy a decir, Pedro.
—¿Sí? A usted le parece penal…
—Sí. Lamentablemente.
—Ya. Ya.
(…)
—A mí no me parece penal, ah. Me parece una mano casual.
—Sí, Pedro, pero lamentablemente…
—Para mí es una mano casual.
—Es que mano… mano dentro del área es mano. Y además, si la tiene separada dentro del cuerpo, Pedro, lamentablemente es una…
—Para mí no es penal.
—¿Ah?
—Para mí no es penal, Pato.
—Bueno. Estas son las opiniones.
—Exactamente.
(…)
—Un cobro discutible del árbitro, el señor Bouchardeau, nos ha impedido un triunfo que pudo ser brillante. Y si hubiese ganado Chile, me hubiese quedado ronco. Pero los empates no tienen que sorprendernos, porque jugando así le podemos ganar a cualquiera. ¡Incluso a los italianos! Así que no hay que estar tan felices porque hemos empatado con Italia. Los que tienen que estar contentos son ellos, que se sacaron del buche una derrota con un penal medio inventado por el señor Bouchardeau. Chile, en la mitad de la cancha, se apresta para recibir la auténtica ovación. Porque fuimos mejores que los italianos. Yo casi casi iba a decir que nos robaron el triunfo, pero esto puede sonar muy duro. ¿No es cierto? A lo mejor es verdad. A lo mejor Bouchardeau nos robó el triunfo.
—Aquello indudablemente lo tiene en su mente, a lo mejor, el árbitro. Bueno. Discutible, indudablemente.
—Mire, mire lo que dice acá. Pato, lo interrumpo. El señor Gary Roi, periodista de Francia. ¿Fue penal? ¿Le parece penal, señor Roi? ¿No? No, dice. No fue penal. Miro a Carlos Reinoso. ¿Fue penal? No, dice. Mano casual para mi gusto. Mano casual para el gusto de la mayoría. ¿Qué le vamos a hacer? ¿Para dónde vamos?
—Bueno. Hay que… Pedro: las emociones son realmente fuertes. Las emociones están por encima de un partido…
—Es evidente. Esto…
—Pedro.
—Esto es de emociones, Pato. El fútbol es de emociones…
—Por supuesto.
—De sensaciones.
—Por supuesto. Indudablemente, con la tranquilidad del tiempo uno podrá, a lo mejor, discutir o no discutir el cobro del árbitro, pero en definitiva lo que nos debe dejar muy satisfechos es lo que ha realizado la Selección.
(…)
—Yo entiendo todo este afecto que ha entregado este público, ¡todos los esfuerzos que hizo para llegar hasta acá a apoyar a la Selección! Pero uno tiene que tratar de separar un poco el corazón con la, con la, con la verdad. Las opiniones van a ser encontradas.
—Eso es bueno.
—A lo mejor gran cantidad de gente va a opinar en el sentido de que no fue mano, que no hubo intención. Pero en lo personal veo claramente separado el brazo derecho de Ronald Fuentes, va al balón.
—Pato.
—Si el árbitro tuviera que aplicar siempre el criterio…
—Es que mire.
—…de la intención, es muy complicado arbitrar, ah.
—Es que yo no, yo no hablo de la intención, yo aquí no hablo de la intención. Aquí yo hablo solamente de un hecho:
—Es mano.
—En primer lugar…
—Pedro, acá hay mano.
—Sí, pero hay una cosa, Pato. Perdóneme.
—Sí.
—Yo, yo voy a dar mi argumento en un segundo. Perdónenme, un segundo. Normalmente uno no tiene las manos pegadas al cuerpo. En primer lugar. Siempre las tiene un poco abiertas, así estaba Fuentes, en su posición natural. Y a lo que yo apelo es la distancia que existe entre el golpe de Baggio y la mano de Fuentes. Hay poca distancia. Entonces la pelota va subiendo y se encuentra con la mano de Fuentes. No existe una actitud para ir a buscar la pelota. Era una jugada, además, intrascendente. Pero veamos en Santiago, a través del comentario de Ivo (Basay), a través de la impresión de Rafa (Araneda), a través de las imágenes virtuales, qué se puede agregar a toda esta discusión entretenida que tenemos.
—Bueno —dice, desde Chile, Rafael Araneda, joven y recargado, como si al volver en el tiempo se hubiera profundizado su caricatura—. Lamentable pues, AH.

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 ¿A usted qué le parece, Pato?

Sobre el autor:

Cristóbal Bley es periodista y editor de paniko.cl.

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