Por qué amamos a La madre de los dragones

por · Enero de 2014

Sólo en Reino Unido van 146 bebés inscritos con el nombre Khaleesi. En abril se estrena la cuarta temporada de Game of Thrones.

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Emilia Clarke, la madre de los dragones de Game of Thrones, tiene el pelo castaño, pero usa una peluca rubia para su rol de Daenerys en la serie de HBO.

La actriz todavía pasa inadvertida para el gran público, pero su nombre va en alza. El año pasado estrenó la película Spike island y debutó en Broadway como la protagonista de Breakfast at Tiffany’s, donde interpretó a Holly Golightly, la heroína del libro de Truman Capote en el que se basa la obra.

También tuvo una participación en la serie animada Futurama y ya filmó Dom Hemingway, que estrena este 2014 y donde comparte pantalla con Jude Law.

En agosto pasado, en tanto, comenzaron los preparativos para la cuarta temporada de Game of thrones, que se basa en la segunda parte de Tormenta de espadas, tercera novela de la saga Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin.

Ahí, Emilia Clarke volverá a interpretar a Daenerys, la guerrera más letal de la serie y responsable de que solo en Reino Unido se hayan registrado —hasta el momento— 146 nombres de bebés con el nombre Khaleesi.

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Cómo hizo una chica diminuta y de voz suave para parecer tan aguerrida y a la vez sensual en pantalla. Después de un año en el Centro de Artes Dramáticas de Londres, Clarke había trabajado en «tres lugares increíbles»: un café, un call-center y un bar, cuando se enteró de que había conseguido una audición para HBO.

«No tenía la menor esperanza de ser elegida», dijo en una entrevista a Rolling Stone. Unas semanas después estaba volando a Los Ángeles para una prueba de cámara.

Clarke2«Me robé todo el té del salón VIP del aeropuerto, porque nunca había viajado en business», recuerda ella. David Benioff, el productor ejecutivo de la serie, dijo a Variety: «Probamos a muchas actrices para el papel, pero ninguna daba el perfil de reina guerrera que buscábamos, y justo cuando estábamos perdiendo las esperanzas, apareció el video del casting de Emilia».

«Nos dimos cuenta de que era ella. Era la clase de persona por la que muchos se jugarían la vida».

Con una peluca rubia como única vestimenta, las curvas de Clarke se ganaron a buena parte de su fanaticada. Sin el pelo rubio de Daenerys, Clarke todavía pasa desapercibida la mayor parte del tiempo. «A veces, cuando salgo con mis amigos, alguno me dice: ‘¡Wow, alguien te reconoció!’ Y yo respondo: ‘¿En serio? ¿Es mino? ¿Está soltero?’.»

Al parecer, todavía no es muy consciente del poder de sus curvas ni de la manera en que HBO las inmortalizó en la pantalla. «Estoy todo el tiempo preguntando: ‘¿No puedes achicarme el culo un poco en esa escena?’ Y los editores me responden: ‘¿Quieres otro dragón o un culo más chico? Tienes que elegir una de dos, Emilia’,» le contó a Rolling Stone soltando una carcajada. «Puta, dale, pongamos otro dragón».

Su carácter es otro de sus encantos. Mientras filmaba un episodio de la tercera temporada de Game of Thrones, Clarke se sintió acosada. En el set, Daenerys Targaryen, la Madre de los Dragones, Reina de los Andals, khaleesi y Señora de los Siete Reinos, miraba a los Inmaculados, un ejército de esclavos que no duda en perder un pezón por mirar a una chica, y también a los “marroquíes sobreexcitados” que hacían de soldados, que miraban de vuelta a esta inglesa preciosa de 26 años y a su amiga y colega, Nathalie Emmanuel, Missandei en la serie.

Pero no solo las miraban: chiflaban, gritaban y reían como adolescentes. La situación requería cierto tacto. «Cuando se apagaron las cámaras me encargué de mirar a cada uno con cara de culo hasta que entendieron que éramos cosa seria», dice Clarke. Sin que fuera necesario decir ni una palabra, el gesto los puso en su lugar. «No tuvieron en cuenta la intensidad y la ferocidad que puede haber en la mirada de una mujer».

D.B. Weiss, productor ejecutivo de la serie, añade otro capítulo de la misma historia a la revista. «Después volvió a la carpa y estuvo 10 minutos hablando de lo divertido que sería que su personaje se tirara un pedo metida en una tina en la toma siguiente».

Por qué amamos a La madre de los dragones

Sobre el autor:

Patricio Araya

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