Por qué no voto

por · Diciembre de 2013

Elegir no votar también es elegir. Esta opción, que a todo esto ganó, fue duramente criticada por los que sí fueron a votar. Nuestro columnista responde enfurecido.

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Tengo 30 años y me inscribí en el Servel el mismísimo día que cumplí 18. El mismo día que estaba de cumpleaños, feliz (o más bien tranquilo) porque había perdido la virginidad hace poco, pero bien porque fue antes de los 18 —cosa que me aterraba y pensaba que iba quedarme así para siempre.

Fui al Servel y me inscribí, no recuerdo si el trámite fue largo o corto ni de qué se trataba mucho pero sí que salí con mi tarjetita azul con blanco sintiéndome como un verdadero hombre, todo en orden, empoderado con la idea de que ahora sí tenía derecho a opinar respecto a política, como si ahora fuera válido pelear en la mesa con la familia porque en mi familia la amplia mayoría es de derecha.

Voté siempre, sagradamente. Hasta esta elección. Para Presidente voté por Lagos, Bachelet y ME-O. Por alcaldes, concejales, diputados, senadores no recuerdo, pero siempre por el contrario a la derecha. Con el tiempo, quizá por envidia o resentimiento, me empezó a dar paja ir a darle a un hueón un trabajo con sueldo millonario para que además me robe. Va pasar igual pero al menos yo no tuve nada que ver.

Las últimas dos no he ido a votar, un poco por pega, porque me ha tocado trabajar y tendría que viajar express a Viña y volver y el medio hueveo y tampoco nunca hice el cambio de local de votación porque puta si se me llegara a parar la raja de querer volver a votar me interesaría más hacerlo en mi tierra natal. En fin, el punto es otro.

Ayer se vivió un fenómeno extraño y medio maravilloso pero algo me dio rabia. Al mismo tiempo que M de Michelle le volaba la zorra a M de Matthei, un poco más de la mitad de los chilenos con derecho a voto decidió no ir nomás ejerciendo lo que según mi opinión es también una elección. Elegir no votar también es elegir. Sin embargo, esta opción, que a todo esto ganó, fue duramente criticada por los que sí fueron a votar. Como si por hacerlo se adquiriese una superioridad moral/cívica y no hacerlo sea una ofensa a la patria o lo que sea. Con todo respeto y cariño, chúpenla meando.

Respecto a esta segunda vuelta en particular. Existen suficientes (más que suficientes) argumentos de la Concertación aka Nueva mayoría y también del sentido común para saber que votar por la derecha es un acto impresentable. Así mismo existen igual de argumentos de parte de la derecha y también del sentido común para saber que la Concertación aka Nueva mayoría son una sarta de pilluelos también. Entiendo que es «el mal menor» y que por ello los nuevos líderes jóvenes se han aguachado ahí (asumiendo y entendiendo también que debe ser la raja que en tu primera pega legal te paguen una brutalidad de plata). Sencillamente no hace sentido votar prácticamente en contra de la otra opción, que creo que es lo que la mayoría de los votantes sin intereses creados por uno u otro bando hacen. O elegir entre comer mierda o tomar meado. Me sabe pésimo.

Existe también la opción de votar nulo o en blanco. Cosa más-que-legítima también. Pero personalmente no me siento tan creativo o artístico para rayar algo anarco o pichulero en el papelito ni lo suficientemente abstracto para dejarlo en blanco.

Ayer fui a ver la honestamente tibia celebración de Bachelet a la Alameda y pensaba «qué cresta celebran», digo, es rico celebrar, no estoy para nada en contra del desmadre ni menos de los disturbios ni del carnaval pero esta fiesta era medio triste, creo, es mi impresión. Ni cagando era como cuando la Selección gana un partido o cuando murió el Pinochet o lo que sea. Era como una fiesta sin alcohol, una hueá muy fome, neutra. Por ejemplo, había alguna gente con banderas mapuche y puta la misma M de Michelle se los recagó en su gobierno anterior, hasta donde entiendo.

Para ir cerrando, votar por una o la otra opción del duopolio político me parece impactantemente inmoral y falto de tino. Votar nulo o blanco es completamente válido y antisistémico, respect para ellos. Pero los que nos abstuvimos por la puta razón que sea, sobre todo si es porque sencillamente no quieres formar parte del cruel circo de animales que significa esa farsa de que si rayas un papelito estás decidiendo algo (porque si lo crees algo está mal en tu cabeza o te tomas demasiado en serio), también está bien. Es nuestra vida, ¿ok? ELEGIMOS no votar, vive con eso. Y por lo demás, ganamos, así que si alguien debería hacer una alocada fiesta somos nosotros. Sería una carnaval satanista y todo terminaría en llamas. Y además, George Carlin nos apoya. Jaque mate.

Por qué no voto

Sobre el autor:

Luc Gajardo (@luco)

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