Sara Hebe: Argentina guerrilla rap

por · Marzo de 2014

«En Venezuela hay un despliegue espectacular de educación popular a través del hip hop y, bueno, toda la juventud comprometida con la revolución y apoyando».

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Quizá sea por otro motivo. O se inicie desde otra parte. Pero el asunto es que Sara Hebe termina haciendo rap, rapeando, rimando sobre esos compases simétricos o sincopados, estructurando versos y palabras filudas: «atipolicía», como ella misma las define. Sobre el escenario, destila rabia y alegría intermitente, se sorprende de que los asistentes se sepan sus canciones o que se hayan repetido el plato de un concierto en Concepción hace unos días y ahora, este, el primero en Santiago de Chile, como parte de su gira por el país que ya la llevó a Puerto Aysén y la prepara para un par de fechas más en la capital y Valparaíso. Es de esas cosas accidentales quizá, porque Sara Hebe, aunque rime sobre pistas, dista de ser una MC tradicional: es morena, de ojos claros, cabello largo a medio tomar, vestida con una polera roja —remera, para ella— y unos pantalones negros, sencilla, lejos de los estereotipos que marcan la pauta del día a día del hip hop.

—No vengo de ningún palo específico, ni me encasillo mucho en ningún estilo —confesará, momentos después del show, en camarines de la salsoteca La Maestra Vida—. Porque justamente, como vos decís, es más allá del género, es desgenerado, y no vengo del hip hop, vengo más del rock, de la danza popular, de la murga, entonces se armó algo así, diverso.

shSara, radicada en Buenos Aires, es oriunda de la ciudad de Trelew, de la Provincica de Chubut, Argentina —«de la Patagonia» (dice orgullosa)—. Cuenta con dos discos a su haber: La Hija del Loco (2009), editado por la Unión de Músicos Independientes, 12 temas que grabó en los estudios de su amigo Mariano Costa, en el que fraseó sobre bases de diversos productores de la escena hip hop trasandina, y Puentera (2012, El Horno Discos, UMI), en donde encontró en el productor Ramiro Jota, uno de sus aliados. Ambas placas captarían la atención de los medios, con generosa crítica. «La más notable rapera argentina del milenio» según el periódico Página 12.

—En el momento sí, me pareció re piola, tengo suerte, se fijaron en lo que estamos haciendo —reflexiona, sentada en un escalón de esta pieza rojiza, el backstage, mientras del otro lado la salsa se ha tomado el ambiente—. Pero después da lo mismo, hay que hacer otro disco, con temas mejores. Ahora estamos haciendo un nuevo disco, pero necesitamos dejar de ser tan vagos y ponernos a trabajar.

Sobre el paso de un disco a otro, Sara reconoce diferencias. «La Hija del Loco es más rap, no tiene tanta melodía, no tiene tanto canto, fue una plataforma para saltar a otra cosa». En cambio de su segunda placa, opina: «es más melodioso, me animé a cantar, hay más canciones». Porque sí, porque Sara Hebe encontró una forma de divertirse haciendo rap, de hacerlo bailable, cumbiero, hasta hardcore en algunos momentos, plagarlo de ironía, su fuerte, esas letras agudas que parecen una risotada desafiante a los ojos de un sistema injusto.

—En Argentina, está pasando algo parecido a lo que pasa en varios países de Latinoamérica y del mundo también —sentencia—. Hay una división de la población, se escuchan comentarios muy fascistas en la calle, de la clase alta, a la vez, hay negocios raros que no entiendo, se está explotando a la tierra salvajemente, entregándola como siempre, como en todos los gobiernos, este en particular tiene políticas que van para adelante, y otras que no sé si tanto, hay muchos desalojos, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, con el gobierno de Capital Federal que es horrible, súper de derecha, hay mucha gente que está quedando en la calle.

Pero no sólo la lírica. Su sonido también, de alguna forma, es pura ironía y parodia, entre su repertorio se escuchan sampleos y citas a las bandas Virus, Control Machete, Intoxicados, a la cumbia villera —«me fascina la cumbia, un maestro mío de teatro decía que el ritmo mata la moral y tiene mucho de eso, cuando suena el bombo, ya no importa más nada»—, pero también a “La Lambada” y a “Desesperada” de Marta Sánchez, todo gracias a Ramiro Jota: «Nunca nos dijeron nada, pero no es algo que cualquier productor hip hop usaría, lo hago para joder un poco a la gente», reconoce el productor, que además es su bajista en los shows en vivo. «El de Marta Sánchez a mí me gustaba de chiquito, un día encontré el CD en casa de un pibe lo sampleé y se lo pasé a Sara y le hizo una letra tremenda. Y la “Lambada”, Sara me dijo que le gustaba, que la sampleara y me puse a jugar con el tema y quedó eso, para mí está bueno samplear cosas raras, porque si vas a agarrar lo mismo de siempre, que es lo típico del hip hop: temas de funk, de jazz, de la movida de los setentas… se samplea mucho música (norte)americana, está bueno samplear otras cosas, ya que tenemos la posibilidad».

Junto a Ramiro Jota, su otra aliada es Neggrah Liyah, vocalista reggae que le hace coros y segundas voces, con mucho groove y estilo femenino, también morena, pero ondulada, y su coterránea, por lo demás: «Para mí es como una fórmula presidencial, nos vamos a candidatear ahora para el 2015», bromea, Sara. «Nah, pero es como una fórmula».

Tanta agudeza, ironía, citas, mixtura y diversidad, a Sara le parece que viene todo de un mismo origen: su admiración por Pity Álvarez, el excéntrico vocalista y mente de Viejas Locas e Intoxicados.

¡Ay, yo lo amo! Es lo que más amo en la vida, el Pity Álvarez, mi sueño es hacer un tema con él —dice efusiva, sin terminar de escuchar la pregunta—. Sí, o qué se yo si me influenció, pero el primer rap que me partió la cabeza fue “Una Vela”, aparte me siento identificada, es rock and roll, con reggae, rap, es algo sin purismo, me encanta.

En el video “Asado de Fa”, cuya letra dice «Me hago un asado de faso, tomo sodiado», en donde el sodiado sería una mezcla de vino con soda, según la propia Sara, la observamos en un evento realizado en Gascon 123, espacio en el que 50 familias, desde hace más de 30 años, han ocupado un edificio en exigencia de vivienda digna, organizándose bajo el título de Cooperativa de Vivienda Nuevo Horizonte. Fue una actividad de la comunidad, Sara Hebe improvisó lo que después terminaría convirtiéndose en esta jocosa versión rap de la cumbia villera argentina: «Buenísimo poder estar ahí y hacer el tema», declara. «Surgió una amistad con la gente que vive ahí, eso es lo más lindo ir a tocar, poder ayudar haciendo lo único que podemos hacer que es música y el tema está entretenido porque es bailable».

En 2010, Sara Hebe participó de un encuentro en Venezuela, invitada por el colectivo Hip Hop Revoluzion: «Mucho laburo de base con el hip hop como el que hay acá en Chile, también», recuerda. «Porque en Argentina no hay tanto de eso de usar la música como herramienta de transformación, si bien es un instrumento de denuncia, no sé si se usa en como talleres o escuelas, en Venezuela, en cambio, hay un despliegue espectacular de educación popular a través del hip hop y, bueno, toda la juventud de Venezuela comprometida con la revolución y apoyando».

—Se quiere desestabilizar, los medios quieren eso —Reflexiona Sara, sobre la situación actual de Venezuela—. Y aparte me parece que seguramente hay muchas fallas como en muchos sistemas, pero hubo una elección ganada, y hablan de que no hay democracia, cuando en realidad sí, y se ganó y no se la aguantan ni ahí, es una actitud golpista todo el tiempo.

EN VIVO Sara Hebe se presenta hoy jueves 6 de marzo en el Centro Arte Alameda, junto a los locales Anarkía Tropikal y Portavoz (entradas a 2000 antes y 3000 pesos, después de la media noche); mañana viernes 07 en Ele Bar de Valparaíso, y el sábado 08, nuevamente en Santiago, en Bar El Subterráneo.

Sara Hebe: Argentina guerrilla rap

Sobre el autor:

Daniel Hidalgo (@dan_hidalgo). Publicó los libros Barrio Miseria 221 (2009) y Canciones punk para señoritas autodestructivas (2011).

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