Imágenes y reseña de la celebración.
¡Volveremos a tocar en Machu Picchu! Con esta noticia Claudio Parra daba el inicio al esperado concierto. En más de una hora, interpretaron un repertorio cercano a los 20 temas, que abarcaba el disco Alturas de Machu Picchu y otros éxitos de sus cuatro décadas de trayectoria. Fue una noche que emocionó y levantó el orgullo patriota y latinoamericano.
// Por: José Miguel Portilla • Fotos: Clara Salina
A la hora indicada, Los Jaivas subían al escenario para dar comienzo a una noche cargada de recuerdos e historias. Pregón para Iluminarse era lanzado como una llama para prender a un público un tanto estático y tímido, lo cual probablemente se debía al espacio que los alejaba de sus raíces populares y “hippies” y acercaba más a un gran grupo vigente, pero del recuerdo y la nostalgia.
Interpretarían dos temas más, entre ellos Aconcagua, antes de comenzar con Alturas de Machu Picchu.
Llegado el momento, el ambiente cambió, la mística y sicodelia se fue apoderando del recinto para dar comienzo a Del Aire al Aire, la cual convocaba a un diablito nortino para pasearse con una vela por el escenario, mientras la herencia de Ledo se hacía escuchar.
Sin embargo, los músicos volvían al escenario a interpretar La Poderosa Muerte, como una gran rapsodia, la cual inevitablemente nos guiaba a cerrar los ojos e imaginarnos en aquel “ombligo de piedra” que enunciaba Neruda en sus poemas. Luego Ankatu Alquinta (hijo del “Gato”) intercambia guitarra y bajo con Mario Mutis, para continuar con Amor Americano, lo cual ya hacía sentir ciertas diferencias en la interpretación de aquellos Jaivas del ´81, y la actual formación con saxo, violines y otras novedades.
Pero todo ese cuestionamiento quedó atrás cuando comenzó a sonar Águila Sideral, la cual fue poco a poco cautivando con su mística. Primero aquel arpegio de guitarra que nos hace recordar a Gato Alquinta, luego, la melodía del bajo que se repite por gran parte de la canción, para dar paso a la entrada de Claudio Parra y su característico sonido, hasta llegar a la batería amplificada con un gran eco. De ahí en adelante comienza una historia que no pretende apurar el pulso y se mantiene en un estado pausado lleno de sicodelia y de viajes alucinógenos.La alegría y euforia llegaría con Sube a Nacer Conmigo Hermano, sobre todo con imágenes que mostraban al público de los años ´80. El coro retumbaba en el Teatro Nescafé y al terminar los aplausos tocaron profundo a los músicos. La emoción volvería con Antigua América, debido a una intro con la voz de Pablo Neruda leyendo el poema, una versión que pueden escuchar aquellos que tienen el DVD Alturas de Machu Picchu.
Luego el concierto se transformaría en una seguidilla de clásicos, comenzando con Valparaíso con la voz en off de Gato. Otro de los temas que cautivó fue La Conquistada, además de la patriótica Violeta Ausente, reflejando imágenes de Violeta Parra bailando cueca al ritmo de la música e hizo sentir la sangre chilena y sacar incluso un fuerte ceacheí en el público.
El final se acercaba, se sentía entre la gente y en los músicos, sobre todo cuando hubo un silencio para conversar, en donde Mario Mutis manifestó el orgullo y la herencia que dejaron Gabriel Parra y Gato Alquinta e interpretaron Mira Niñita, poniendo la piel de gallina a la gran mayoría de los que estaban ahí presentes. Para finalizar con alegría y optimismo, nada mejor el segundo himno nacional, Todos Juntos y una reverencia de los seis músicos: Claudio Parra, Mario Mutis, Juanita Parra, Ankatu Alquinta, Francisco Bosco y Carlos Cabezas. Y el aplauso en agradecimiento de todo el público.