Lo que faltaba en Internet: porno-ternura de pugs perdiendo la virginidad.
Lo que faltaba en Internet: porno-ternura de pugs perdiendo la virginidad.
Por Zeus (traducción por Luc Gajardo)
Asumo que nos pusimos un poquito, o harto, bueno harto, mainstream. Pero asume tú que si tienes el corazón palpitando cuando nos ves te babeas un poco. La verdad es que vengo del espacio y esa reacción que tienes no es otra que una respuesta química a la programación neurolingüística de nosotros leyéndote la mente. Y que nuestro paso del hipsterismo al mainstream no es una moda sino un plan…
Pero mi intención no es desclasificar eso— aunque semi ya lo hice— sino hablarles de algo mucho más sensual. La ardiente y romántica historia de cómo perdí la virginidad.
Mi vida. Mi historia como un pug. Un pug aggro y alocado. Mi nombre es Zeus y acá estoy recién llegadito adentro de un iglú que me compraron que primero me puso confuso pero rápidamente me aclimaté. Es un buen lugar.
Desde cachorro que me toman fotos. Es otro de los efectos secundarios de la PNL que hacemos. Esta la elegí porque encuentro que me veo coqueto, misterioso, y el blanco y negro me hace ver delgado, me tapa los rollitos.
Acá mi primer desnudo. Se puede ver la inocencia en mi mirada. Un teens. ; ) Un barely legal, si me permiten ponerme más atrevido. Prrrrr. Grrrrmmm
Mi adolescencia no fue fácil. Mi dueña me ponía tenidas, que claro, no voy a mentir, me hacían sentir especial, me abrigaban, me sentía sensual y deseado por los humanos. Pero algo pasaba. Los demás perros nunca me vieron como un igual. Nadie nunca me olió mi anito ni me dejaban olerles los de ellos. u.u.
Así llegué al aggro metal. A KoRn específicamente. Acá me pueden ver en una noche de carrete con unos amigos. Justo me emputecí porque el hueón sacó el disco para la foto y estoy a punto de morderlo pero preferí mojarle la cara con mis moquitos. Jijijij : )
Tengo varias salidas de cancha como las de Jonathan Davis.
Pero como todo aggro metalero sabe, la depresión está muy presente. Los miedos, las inseguridades, los problemas familiares, etc. me tuvieron un tiempo en la pasta. Acá en mi peor momento. Tocando fondo. Siendo sorprendido por mi dueña ahogándome en un bar. De ahí entré a rehabilitación. : /
Y bueno, como buena película o historia hipster. Ahí. En rehab. Conocí al amor de mi vida. Se llama Lola. Y fue tan linda. Es un poquito más chica que yo. Tiene esa mirada neutra, impávida, que yo busco tener pero no logro porque siempre hago expresiones. Es callada y levemente ausente. Pero maneja un humor caliente, ácido, sarcástico afilado como un bisturí. Es vegetariana como yo. Es absurda y tiernamente sensible. Dice que le daba pena ver mis pisaditas en el pasto y encuentra interesante mi excesiva auto consciencia. Intercambiamos G-Talks y nuestro romance comenzó a punta de youtubazos para allá y para acá y fotos de instagram y tumblr y pdf’s y replys tiernos en twitter.
Confieso eso sí, que me dejé llevar por el momento y traté de que hiciéramos sexo al tiro. No me dejó. No de la forma tradicional. No quiero entrar en detalles.
Segunda cita. Lola llegó ya cautivada por mi sentido digital del humor y por mi inestable emocionalidad. Decidimos fundar una productora audiovisual llamada ‘Películas como en ácido pero de verdad en ácido”. Este es nuestro primer corto.
