Una caja, un carrito y un cómic (a Karto, in memoriam)

por · Febrero de 2022

Uno de los personajes inolvidables de Trauko era Kiki Bananas, una héroa erótica y New Wave dibujada por Karto.

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Antes de que a fines de los setentas o inicios de los ochentas se popularizaron las ruedas de uretano -esas ruedas de material plástico con mucho agarre y también mucha suavidad al rodar siempre de colores como de plumón destacador, bien amarillo, bien naranjo- de los skates llevados al estrellato en todo el mundo por Stacy Peralta, Jay Adams y Tony Alva, los patines que usábamos los niños y niñas eran casi idénticos a los que usaron nuestras madres y padres: de hierro, con abrazaderas de cuero directamente al zapato y con ruedas que sacaban chispas del pavimento.

No eran muy atractivos de usar porque cada imperfección del pavimento de las calles se transmitía en una vibración insoportable, por lo que tras cada intento de regalo navideño de este modelo de patines, los mismos quedaban abandonados a su suerte en los garages de las casas.

Un bien día, en nuestro barrio Vecinal, sin embargo, y como tantos otros niños a lo largo del mundo, descubrimos que esas rueditas de fierro se podían destornillar y que podían reutilizarse como rodados de carritos hechos de madera y que consistían, tal como los colosos, en una simple base, un improvisado método de giro con los pies sobre el eje delantero y una cuerda para tirarlos, o bien el método de empujar al conductor.

Pasamos muchas tardes de la infancia en campeonatos de carreras de carritos nosotros los de Vecinal contra los de Versalles, la calle en U de la siguiente cuadra en nuestro paraíso suburbano.

Las ruedas las teníamos, como dije, de los patines regalados e inutilizados de las navidades y la madera la extraímos y la maestreábamos como improvisados carpinteros juveniles de cajas de plátanos que nos regalaban los caseros de la feria que se ponía en Tobalaba con El Bosque todos los jueves.

Esas cajas tenían una marca y un nombre que nos llamaba mucho la atención:

Kiki Bananas.

Cuando nuestras infancias empezaron a acabarse, en la segunda mitad de aquella década de los ochentas, los carritos de empuje y tracción de ruedas de fierro sacando chispas y madera de Kiki Bananas quedaron olvidados también en los garages.

Pero el nombre de Kiki Bananas volvió a nuestras vidas por un camino sorpresivo. En la pequeña transgresión de la temprana adolescencia uno de los hitos culturales alternativos era una revista de cómics chilena muy subida de tono que se llamaba Trauko. Una de esas revistas que se leían a escondidas y que se transaban también a escondidas en los lugares más secretos del colegio.

Y uno de los personajes inolvidables de Trauko era Kiki Bananas, una héroa erótica y New Wave dibujada por Karto.

Para nosotros, ya no en Vecinal, sino que ahora en el colegio, Trauko era parte del paisaje, porque uno de sus creadores era el hermano mayor de uno de nuestros compañeros de curso, Mauricio Salfate, Yoyo.

Así que, vía su hermano accedíamos muy fácilmente a los nuevos números de Trauko y podíamos seguir las peripecias de Kiki Bananas ya no como un carrito de la infancia, sino que como una puerta de entrada a la juventud.

Karto ha partido ahora y no puedo no recordar que su personaje femenino fue, de algún modo para mí, para Vecinal y para nuestro curso del colegio, y también para toda una generación que despertaba, la bisagra entre los días del paraíso perdido de la infancia y las promesas y amenazas de la adolescencia.

Descansa en paz.

*

La imagen es un homenaje a Karto y a Kiki Bananas de mi entrañable Gonzalo Martínez.

Una caja, un carrito y un cómic (a Karto, in memoriam)

Sobre el autor:

Ricardo Martínez (@terceracultura) es PhD en Lingüística de la PUCV y Magíster en Estudios Cognitivos y Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas, con mención en Lingüística, de la U. de Chile. Fue asesor musical de la serie de Canal 13 Los 80 y se desempeña como profesor en la UDP.

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