Sobre Álvaro Peña en su pasada por Centro Arte Alameda
Hay una tocata antecedida de un documental en el Cine Arte Alameda y pienso que realmente hay demasiada leyenda tejida alrededor de Álvaro Peña. Empezando por la clásica forma de enterarse de su existencia por la historia sobre su estancia en Londres de los ’70 y su relación con Joe Strummer.
Que fue el primer punk latinoamericano y hasta la banda se llamaba “El Huaso and the 101’ers”, para después pasar al nombre de leyenda de “The 101ers”. Que gracias a él The Clash canta sobre el Golpe de Estado en Washington Bullets del Sandinista. Que se la pasa entre Alemania, Inglaterra y Chile, que le han hecho muchos documentales, que su “música transitoria”, que es un vanguardista, que sus singles en vinilos, que que que… etcéteras.
Toda esta leyenda parece simplificarse de toda mitificación cuando uno toma contacto con la música de Peña
Sin embargo, toda esta leyenda parece simplificarse de toda mitificación cuando uno toma contacto con la música de Peña. Si, es rara, pero a la vez es profundamente familiar. Tanto, que confunde. Pop simple pero complejo a la vez, quizás con esa cosa rebuscada de los indies, pero a Peña pareciera fluirle naturalmente, quizás porque el fue primero que todos. Para eso sirve el documental, para introducirse a la imagen de un señor con guantes blancos tocando el piano de esa forma que parece tan improvisada, con una voz nasal al borde del agrado y el desagrado, para sentir que dan ganas de tomar un piano e intentarlo por uno mismo.
Total, pareciera que siquiera habría que tener demasiadas historias para intentarlo. Puede que para llegar al punto de “Drinking My Own Sperm” quizás si (por algo es como su canción emblema), pero el resto se maneja en escenas clásicas de la chilenidad como “Oiga”, redundancias de una frase (escuchar “La Pala” en vivo es una experiencia que siempre descoloca), cotidianidad en ese himno para oficinistas llamado “El Stress” o anécdotas cosmopolitas como la historia del punky que se ponía un traje de terciopelo verde, una corbata amarilla y más encima se tiñe rojo el pelo sólo para llamar la atención de una niña que veía en el metro de Londres, en la deliciosa Green Velvet Suit. (y que, relata el mismo Peña, era la favorita de Strummer).
Una idea buena y una nota bonita. Una historia que contar. Y hacerlo. Porque finalmente la “leyenda” de Peña fue precisamente eso: hacerlo. Salirse de la banda de rock para ser solista sin mayores conocimientos musicales, y dejar de cantar como gustaba a todos para empezar a cantar como no le gustaba a nadie, pero como nadie lo hacía hasta el momento. Escribir y pulir sus textos sin más tecnología que su máquina de escribir. Fabricar artesanalmente sus vinilos, casetes y cedés. Irse desde una de las capitales mundiales de la música a Konstanz, ciudad alemana apacible que se llena de universitarios y gente que no quiere pasar frío. Y lo hizo siendo un chileno en el mundo, esos de documentales de TVN, desde Valparaíso hacia el mundo. De esos que vuelve todos los verano para capear el invierno boreal presentarse en locales pequeños con gente curiosa que quiere saber de qué se trata toda esa leyenda.
En esta visita a Chile, Peña se presenta con la banda porteña Fatiga de Material, que entrega sonido más rock y fuerte a las clásicas presentaciones anteriores a punta de piano. Ahora Peña revisa sus composiciones con mayor introspección y melancolía, pero también mayor energía y potencia, acompañado de una generación que lo observan con fascinación pero que puede acercarse y aprender de él sin mayor complejidad. Porque más allá de entender sus ideas, la leyenda de Álvaro Peña se esfuma cuando uno observa que es un clásico porteño, orgullosamente de avenida Francia, con ese humor chileno extraño y esa forma de vestirse despreocupado de ropa usada que uno puede observar caminando por los bares de Plaza Echaurren en Valpo. Hoy, con esta nueva banda, sus composiciones suenan más punk que en los mismos años del punk, aunque él por ningún lado parece una leyenda del punk, siendo que por irreverencia y autogestión debiese ser el más. Pero para comprender eso, hay que digerirlo, más allá de tanta leyenda. Verlo en vivo, es un muy buen paso.
* Alvaro Peña se presentará este sábado 29 en el Bar La Cantera en Valparaíso.