Lolla: The Drums
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Lo que alcanzamos de ver de The Drums fue suficiente para enjuiciarlos: son algo como Interpol pero más bailable, menos oscuro y más indie. Pero indie -ese adjetivo más bien despectivo- más que en el sonido, en la actitud y la estética.
Niños flacos con ropas ajustadas y rebuscadas. El vocalista, Jonathan Pierce, era una especie de Ian Curtis afeminado, que ondulaba sobre el escenario. El resultado fue, con todo, contundente: la gente saltando como loca, como en medio de un carrete de la blondie.
// Fotos: Eleonora Aldea.