Ases Falsos: «en la región somos los que tocamos mejor»

por · Septiembre de 2012

«En la región somos los que tocamos mejor» dice Cristóbal Briceño

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«¿Almorzaste?» me pregunta Cristóbal Briceño, el líder de Ases Falsos, apenas entro a su casa, muy cordial pese a que es la primera vez que nos vemos. Habíamos quedado de mirar fútbol antes de la entrevista. Está resfriado, mal. Usa un poncho y guantes de esos que tienen los dedos cortados. Tenemos los ojos clavados en la pantalla y le pregunto a qué equipo le va: «la Católica, lo que se hereda no se hurta», dice riendo.

Sobre la alfombra, ve el partido con nosotros “El Chicha”, un cariñoso perro negro, grande, «me lo encontré en la calle», me cuenta. De pronto, deja de ver el televisor un momento y me comienza a interrogar, interesado, no me despega la mirada: «¿tienes perro? ¿y qué raza es? ¿es perro o perra? ¿qué edad tiene? ¿pero es de esos chicos?».

Después de responder cada pregunta, concluye «son bacanes esos perros» y se pone a hablar de lo malcriado que era el perro que tenía Héctor, el ex guitarrista de Ases Falsos, desde los tiempos de Fother Muckers.

Comenzamos esta entrevista.

Juventud americana (2012) se nota un disco mucho más ambicioso, en muchos sentidos…
—Cuando le cambiamos el nombre al grupo, yo sentí, casi por una cuestión infantil, que tenía que demostrar que si me había suicidado de esa manera, era porque tenía fe en que la resurrección iba a ser una hueá grandiosa y, en esa ambición, me debilité, me enfermé, me pasaron mil hueás. Pero pienso que la ambición es como el miedo, tienen el mismo efecto: la única manera de enfrentar un camino nuevo es sin miedo y sin ambición.

A partir de cierto punto no hay retorno, ese es el punto que hay que alcanzar

Cada cierto tiempo se acerca “El Chicha” para que le hagamos cariño un rato y se va, moviendo la cola y, entonces, hay que repetirle a Briceño alguna pregunta o recordarle de qué estamos hablando, como por ejemplo, su opinión acerca del éxito.

¿Qué significa ser alguien exitoso?
—Yo siempre he tratado de no luchar por el éxito, sino contra él. Y no me refiero de una manera autoflagelante ni franciscana. El éxito, como dice Bielsa, es muy deformante. Creo que solo existe lo que te debilita o te fortalece y yo en este camino me siento muy fuerte.

Fue con el disco No soy uno (2007) que Fother Muckers tomó forma, en una época de solistas alejados de la democracia de las bandas, en Santiago. Pero fue antes, en 2004, que el bajista Simón Sánchez y el compositor y guitarrista Cristóbal Briceño se conocieron en los patios de Periodismo de la Universidad Católica. En adelante, han publicado discos de largaduración y EPs a un ritmo anual, recibiendo distintos elogios por sus «hábiles ganchos melódicos» y sus notables letras.

—Siempre me ha gustado una frase, que es de Franz Kafka, que es de un librito que leí y que se llama Parábolas y paradojas (1932). Son varias anotaciones de Kafka, escritas mientras hacia sus necesidades o lo que sea, que cuando se murió, me imagino, le hurgaron en la ropa, sacándole todos sus papeles, apuntes, etcétera. Ahí tiene una frase que es para tatuársela en los glúteos, porque es extraordinaria, y dice: «a partir de cierto punto no hay retorno, ese es el punto que hay que alcanzar».

Cristóbal Briceño, por su parte, se mantuvo ocupado a la par de Fother Muckers con el dúo Los Mil Jinetes, el rescate de canciones-amplitud-modulada-en-español del proyecto Cristóbal Briceño y la estrella solitaria y, también, participando en las bandas sonoras y como actor en las películas de Cristián Jiménez Ilusiones ópticas (2009) y Bonsái (2011).

—Desde hace mucho, me he declarado abiertamente contrario a las metas, siempre me he negado a lo que me han sugerido muchas veces. Eso de (pone voz como de papa en la boca) «uno tiene que tener claro sus objetivos», que es como un plan de marketing.

En su pieza, Cristóbal (que tiene las manos extendidas en la foto de arriba) pone el disco de Ases Falsos, canta, mueve la cabeza, me pregunta a qué me suenan algunas canciones. De fondo, bien lejos, también se escucha la voz de un relator de fútbol que sale de su televisor.

¿Orgulloso con el disco?
—Orgulloso no es la palabra: satisfecho, contento. Juventud americana (2012) es como una colección de canciones, no es como un disco conceptual ni redondo, a pesar de que lo cruza un espíritu y una línea de pensamiento muy definido, no es un disco que tenga un solo sonido. Creo que la carátula, el simple hecho de haberla cambiado a último momento, le da una unidad e identidad nueva que me complace mucho.

No puedo componer una canción sin hacer énfasis en lo melódico y en la armonía. Y eso Juan Gabriel lo tiene innato, para mi gusto es un genio del siglo XX

¿Por qué sale Juan Gabriel en la tapa?
—Juan Gabriel es una lumbrera para mí, como un faro. Y me da risa, porque mi manera de ser nunca me va a permitir ser como Juan Gabriel, ¿cachai? Porque Juan Gabriel, de partida, comenzó su carrera muy joven, de niño, haciendo películas. Y la industria lo tomó al tiro, lo agarró de las pelotas, pero lo valioso de Juan Gabriel es que tuvo el valor de dar vuelta la hueá y poner a la industria al servicio de sus ideas más desquiciadas, por ejemplo, el concierto del ‘90 ó ‘91, que toca con la Sinfónica de México sus canciones y es una hueá espectacular. El hueón tiene un registro vocal y compositivo fuera de serie y es un maestro de la melodía. A mí me puede gustar mucho el ruido, pero soy un siervo de la melodía. A estas alturas no puedo atravesar la composición de una canción sin hacer mucho énfasis en lo melódico y en la armonía. Y eso Juan Gabriel lo tiene innato, para mi gusto es un genio del siglo XX, melódicamente hablando.

¿Por qué cambiaron de sello a última hora?
—Nosotros cometimos el error comunicacional de haber anunciado que seríamos editados por Oveja Negra, cosa que en su momento era casi definitivo. Lamentablemente, por problemas de índole económico, no se pudo concretar. Afortunadamente, apareció Rodrigo Santis de Quemasucabeza. Nos ofreció ser parte de Arca discos, una aventura nueva que van a hacer y nosotros seríamos la punta de lanza de esta nueva empresa. Rodrigo se portó súper bien con nosotros. Y lo mejor, es que nos liberan de todo costo monetario en cuanto a la fabricación del disco, lo que para nosotros es un gran alivio, porque así podemos enfocarnos en las antiguas deudas y no tenemos que sufrir nuevas.

O sea, ¿Nicolás Copano puede respirar tranquilo?
—Copano sabe que está primero en la lista de espera (el presentador del cable financió parte del disco de la banda El paisaje salvaje, publicado en 2010). Nicolás ha sido un siete con nosotros. Así uno va conociendo a la gente. Yo a Copano lo conozco hace mucho tiempo, antes tangencialmente, luego directamente y después como una suerte de acreedor. Me parece un ser humano muy noble, pero desbordado por el entusiasmo, por lo que a veces no tiene bien definido su foco, por no decir casi nunca. Pero su pura fuerza de voluntad y su deseo fervoroso lo mantienen ocupado, lo que es muy rescatable y muy raro en nuestro medio.

¿Qué opinión tienes del público de Ases Falsos?
—Son buenos cabros en general, ingeniosos, lo notamos en Facebook, por ejemplo. No ponen cosas como “Aguanteeeee”, sino que todos tratan de hacer su chiste, tratan de ser más pillos que el otro hueón y eso me interesa mucho estimularlo, porque tiene que ver más que la chucha con nuestro folklor. Nosotros crecimos cuando todos nos decían (pone voz de humorista) «es que el chileno es así, el chileno es así» y uno después crece y se da cuenta que el chileno no es así, somos puros zombies poh hueón. Digo, a nivel de la élite que supuestamente domina el país. O sea, el día de la callampa le vai a sacar alguna cuña a algún empresario o a algún político que sea picaraza y que tenga ingenio, ¿cachai? pero nuestro público sí intenta pulirlo.

¿Y qué actitudes te cargan de ellos?
—Yo creo que la persona que paga su entrada… y ni siquiera eso, todo el mundo tiene derecho a hacer lo que quiera, me pueden encarar, decirme mierda y yo les voy a tirar mierda de vuelta y da lo mismo. Me da igual. Todavía tengo la vitalidad para aguantar lo que sea. Cosas como sacarse fotos son tan inofensivas que el día del pico me podría negar a eso. Yo les digo “pah que mierda querís que te raye el disco o una foto si estoy todo sudado”, pero da lo mismo. Lo voy a hacer siempre. Cuando me putean, yo los puteo de vuelta. Me critican, esas personas con almas de crítico musical, me dicen que no responda, pero hueón, yo soy un puto ser humano. No estoy haciendo una contabilidad, estoy tocando, estoy en un momento de fragilidad y de exaltación cuática. O sea, un hueón me llega a tirar una hueá y me pega en la cabeza, yo me bajo y le saco la conchesumadre. Y no me molestaría que lo hiciera, en verdad, yo creo que los dos tendríamos un momento de placer. Lo que sí me molesta es que se suban al escenario, porque estorban y terminamos ejecutando mal.

Después de la poco clara salida del guitarrista Héctor Muñoz, Ases Falsos comenzó a presentarse con el impecable Leo Saavedra (Primavera de Praga) en esa posición. Hasta el lanzamiento en vivo del nuevo sello Arca discos, donde la banda mostró nueva alineación: con Briceño en voz y guitarra, Simón Sánchez en bajo, Martín del Real (ex baterista de la banda y ex Teleradio Donoso) ahora en guitarra, Boris Ramírez (Primavera de Praga) en batería y, como invitado, Francisco Rojas en guitarra acústica y teclados.

¿Sigue abierta la herida por la salida de Héctor Muñoz?
—Yo creo que no va a cicatrizar esa hueá, ¿cachai? Porque fue una extirpación. Está mutilado. Como si una persona le sacaran una mano, no le va a crecer de vuelta. A Héctor, si lo sacamos del grupo, era porque pensamos que no era una mano, que si bien comprendíamos que era un órgano vital, de alguna manera, nos debilitaba. Sé que hay rencores de parte de mucha gente por su salida, pero yo no me voy a andar peleando por eso. Además hay muchas cosas que no saben. De todas formas, su salida fue por cosas musicales y espero poder conversar con él de todo.

¿Pero siguen hablando?
—Hemos hablado esporádicamente, nos hemos encontrado, pero nada más.

¿Como ves el resto de las bandas chilenas y a qué se debe que tantas estén sonando afuera?
—Se debe principalmente a que tocamos muy bien. En cada género vas a encontrar a un hueón de excelencia. Como Los Vásquez, que para mí es un grupo excepcional. Es su primer disco y tienen un dominio de su registro impresionante. Tocan y graban muy bien. Tengo entendido que tienen su propio estudio y eso les da mucha autonomía, además. En la cumbia, De Chico Trujillo se puede decir muchas cosas, pero en vivo son un ejército, son una milicia, los hueones matan. Está Portavoz, por dar un ejemplo de Hip Hop, que es un nivel de ejecución que me dan escalofríos, sus rimas, sus bases, todo es impresionante. Y en el otro extremo podría nombrar a Astro, que van a cualquier país y le vuelan la raja a cualquiera de los hueones que estén tocando. En la región creo que somos los que tocamos mejor.

Ases Falsos: «en la región somos los que tocamos mejor»

Sobre el autor:

Marcelo Poblete

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