El carácter salvaje de AC/DC

por · Septiembre de 2012

El carácter salvaje de AC/DC

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Bon Scott. Camino del infierno… (2012) es una detallada y aclaradora biografía donde se revela el lado menos conocido del primer vocalista de la banda australiana. Una carrera tan intensa como provocadora.

Más allá de su potencial, al comienzo una banda se establece por verdades, no por mitos. En el caso de AC/DC, la cosa fue así: los hermanos Young buscaban un (nuevo) vocalista y pronto apareció el nombre de Bon Scott. «Es un vejete», respondieron los guitarristas. Por su parte, a Scott también le llegó la propuesta y su reacción fue igual de breve. «Puff, son muy comerciales». Todos, a su modo, tenían razón. Lo importante, en todo caso, es que Scott agarró sus cosas y se unió al grupo. Tenía la seguridad que iba a funcionar y la receta para conseguirlo. En su primer concierto se empinó dos botellas de bourbon, le agregó marihuana, speed y cocaína y luego dijo: «bien, ya estoy listo». Era septiembre de 1974 y comenzaba el ascenso de AC/DC.

Detalles de este tipo abundan en la extensa biografía Bon Scott. Camino del infierno: vida y muerte de la primera voz de AC/DC (Global Rhythm-Océano), escrita por Clinton Walker. El libro llegó hace un mes a Chile y ya se ubica dentro de los perfiles más acabados sobre una figura del rock. Gracias a las palabras de familiares, amigos y compañeros de ruta, además de una buena cantidad de fotografías casi inéditas, logramos conocer la intimidad de un músico inusual en sus modales. Su cordialidad y calidad humana, incluso en el momento más alto de su carrera, contrastaban con el arrollador temperamento que repartía sobre el escenario.

Pero vamos desde el inicio. Scott era parte de una familia escocesa que, en la búsqueda de mejores oportunidades laborales, se instaló cerca de Perth (Australia) en la década del cincuenta. Diez años más tarde haría lo propio la familia Young, también escocesa, aunque en Sidney. La diferencia es que en esta última ciudad el rock and roll circulaba con mayor soltura.

A lo largo de este libro, se recorre su infancia, primeras bandas y panoramas que se formaban a su alrededor. De hecho, Walker exagera a la hora de mostrar, una por una, las agrupaciones que dominaban los escenarios australianos. La cuestión es que Scott estaba metido allí, deambulando por grupos, tarimas y bares, destinado a convertirse en un intérprete de respeto.

Lejos habían quedado las dudas al estilo de «Ron (su verdadero nombre), si no vas a cantar canciones de verdad, cállate; no cantes esa porquería de rocanrol», como amablemente le comentó alguna vez su madre. Pero la perseverancia musical de Scott no tenía puntos débiles. Su falta de habilidad en los estudios o sus trabajos como pescador de cangrejos, cartero y mozo habían reafirmado su voluntad rockera. Era un tipo dedicado y empeñoso a tal punto que le hacía sombra a la determinación de Malcom y Angus Young.

Su problema iba por otro lado. Basta revisar la portada de la biografía donde sostiene, a duras penas y con la vista perdida, una botella de whisky con su respectivo vaso. Aquellas interminables fiestas, las mismas que le quitaron la vida en 1980, esconden otro tipo de carencias que no vale la pena adelantar. Lo único cierto es que el cantante alcanzó a saborear algo del éxito de AC/DC (probablemente desde Let there be rock en adelante) para demostrar que la música lo mantenía en pie. En ese trayecto, el texto registra cuadro por cuadro cómo su empuje, sumado al de los hermanos Young, convirtieron al conjunto australiano en uno de las más importantes del circuito mundial.

La diversión, para él, se acabó muy pronto. AC/DC, en cambio, retomó el trabajo a los pocos días, motivados, en parte, por las palabras del propio padre de Scott quien les pedía que no pararan. Al mes ya estaba Brian Johnson y se acercaba también Back in black. Como está escrito en la parte final del texto, puede que regresar al ruedo con el cadáver de su hermano de sangre aún caliente parezca una descortesía, pero nadie ha dicho que los hermanos Young fueron unos sentimentales. Hasta lo que yo sé, todavía no se publica un libro sobre ellos.

El carácter salvaje de AC/DC

Sobre el autor:

Fernando Cea

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