Hablemos de fútbol

por · Mayo de 2014

Danilo Díaz adelanta la participación de Chile en el Mundial («Sampaoli no variará su forma de juego») y conversa sobre su último libro. Regalamos una copia.

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Esto sucede el día en que la rodilla de un hombre de 26 años se transforma en tema país, en un país con temas mucho más importantes que la articulación de un joven en plena edad productiva. Casi todos, sobre todo en twitter, tienen la solución a su problema: no tiene que operarse, que se opere rápido, que juegue infiltrado, que juegue al 70%, si juega al 70% es más que cualquier otro jugador al 100%. Lo cierto es que Arturo Vidal, el joven de la rodilla, no haría caso a ninguna de esas opiniones, seguramente tampoco a su propia opinión, y se dejó llevar por la instrucción de sus jefes italianos, que le pagan US$8,3 millones al año por jugar al fútbol. El riesgo: perder la oportunidad de jugar por Chile en el próximo Mundial.

Danilo Díaz

Danilo Díaz

«Yo creo que se va a operar», dice Danilo Díaz, adivinando el futuro. «Acá al jugador, con toda la plata que hay detrás, solo le queda obedecer», agrega este periodista deportivo, columnista de La Tercera, comentarista de ADN Radio y editor de deportes en la Revista ACCESS. Mientras habla, esperando un café, mira para un lado y luego para el otro, con los ojos abiertos, buscando las palabras como si estuviera encontrando a un espía.

Díaz publicó el año pasado, por Ediciones B, un libro que no es ni una antología ni una recopilación ni una memoria, aunque puede ser las tres cosas al mismo tiempo. Se llama 80 años del fútbol chileno, y en él decide juntar a los 125 mejores jugadores que han pasado por nuestra liga profesional, además de relatar recuerdos e impresiones recogidos en sus más de veinte años de carrera.

—Básicamente, son visiones mías de cómo sentía yo que había sido el fútbol chileno, algunas cosas de investigación y evaluación de jugadores, y ahí surgió esta idea de hacerlo. Porque nuestro fútbol, en general, no tiene mucha historia. Entonces era importante eso.

De la rodilla de Vidal, que inunda las tapas de los tabloides y los inicios de facebook y los programas de las radios, no hablaremos más. Vamos a hablar de fútbol.

—¿Hace falta literatura futbolística en Chile?

—Al menos en los últimos diez años ha habido una especie de boom, con los libros de Lucho Urrutia y Guarello, que fueron los iniciadores. Ahora están los libros míos, los del Nico Olea, los del Pancho Mouat. Muchas cosas que son bien interesantes, que es bueno que existan, porque si hay algo que se extrañaba en Chile es que nunca tuvimos una gran literatura deportiva. Los únicos fueron los libros de Julio Salviat y luego los de Edgardo Marín, pero que hace bastante tiempo que dejó de editar.

—¿Crees que es necesario, para ser un país futbolizado, producir más libros de fútbol?

—Claro. Pasa que la relación resultados deportivos/literatura deportiva/prensa deportiva es directa. Si tú tienes un deporte que no tiene nivel internacional, sin buenos resultados, es difícil que puedas tener una literatura y una prensa deportiva fuerte. En Europa es distinto, porque todos los países tienen un recorrido deportivo, y hay una historia común. Pero en Chile, que es un país muy exitista y resultadista, es difícil llevar a cabo esto. Prácticamente, hoy no existe prensa deportiva salvo la radial. Existe poco espacio en televisión. Desaparecieron las revistas a partir del duopolio de los diarios. Es difícil manejar la situación.

Danilo Díaz fue redactor y luego editor de la desaparecida Don Balón, en su edición chilena. Una revista que por años fue semanal, que sacaba anuarios al final de cada temporada, el Todo Fútbol al comienzo de ellas, y un especial por cada evento del calendario. El 2001 se publicó de forma mensual y dos años después desapareció, simultáneo al peor momento del fútbol chileno.

—Las revistas eran de otro tiempo —dice Díaz— y tuvieron que adaptarse a la presencia de Internet. Fue bien complejo porque ya no tenías mucho más que contar. Era contar historias, historias más largas, y guardar una noticia era prácticamente imposible. Menos meter un golpe. Además, esta decadencia en Chile también estuvo gatillada y relacionada con la dependencia de los dos grandes conglomerados. Si Don Balón hubiera pertenecido a El Mercurio o a Copesa, se hubiera podido distribuir como hoy se distribuye la Paula o la Qué Pasa. Hoy sería imposible reeditar algo como eso. ¡Imposible!

—¿Cuál es tu interpretación del momento actual de la selección, sobre todo si lo comparamos con otros momentos históricos? Me acuerdo que para la Copa América 2011, el Sapo Livingstone dijo que esta generación chilena era la mejor de la historia.

—Yo no sé si es mejor esta generación que la del Mundial del 62, o la del 66 o la del 74. Pero la gran diferencia que hay entre el fútbol chileno de hoy, a nivel de selección, y en comparación con las anteriores, es el día a día. La mayoría de los jugadores seleccionados hoy, el 90%, el 95%, juegan afuera, en Europa. Entrenan a otra intensidad, compiten a otra intensidad, en el primer mundo futbolístico. Eso, indudablemente, se traslada a la Selección. La llegada de Bielsa, En ese sentido, fue muy relevante, porque impuso condiciones de trabajo que no se tenían en Chile. Fue importante la gestión de Mayne-Nicholls en conseguir buenos rivales. Chile, si tú te fijas, con Mayne-Nicholls no pudo jugar con Alemania porque se suicidó el arquero (Robert Enke), pero se jugó con Eslovaquia, Suiza, Dinamarca. Se jugó con Brasil, un amistoso con Uruguay, con España, con México. A mí una vez Fernando Carvallo me dijo algo que es muy cierto: no hay nada que reemplace a la competencia. En el deporte, no hay nada que la reemplace. Si tú no compites, no sabes dónde estás.

—¿Entonces estás de acuerdo con el Sapo?

—Sí, yo creo que es una gran generación, que tiene jugadores de excepción: Vidal, Sánchez, Medel. Que tiene un arquero que de pronto no ha sido reconocido, pero que tiene nivel, que juega en Europa, como es Claudio Bravo. Yo creo que Bravo, al paso que va, está para quedar junto al Sapo y al Cóndor Rojas. Pero la diferencia es que él ha jugado en el mayor nivel. Claudio Bravo, semana a semana, enfrenta a los mejores delanteros del mundo. Hay que ver el porcentaje de remates al arco en la liga española. No en cantidad, sino entre los que van al marco y los que van desviados: la mayoría va al marco. Entonces, cuando aquí en Chile se hablaba de la diferencia entre Johnny Herrera y Bravo… Herrera se fue a Brasil y no pudo jugar, fue suplente, siendo un muy buen arquero. Pero no pudo jugar. Porque él es un arquero atajador debajo de los palos, pero que le cuesta el juego aéreo, no es muy alto y es más pesado. Y a Europa no lo llevaron. Entonces lo de Bravo es realmente extraordinario.

Chile va al Mundial a competir. Y se le alcanza, veremos.

—A pesar del grupo que le tocó en el Mundial, ¿sientes que está la posibilidad de generar una diferencia, un hito en la participación de Chile en los mundiales?

—Yo creo que Chile debería ganarle a Australia. No fácil, pero debería. Ahora, lo que viene después para Chile es tratar de hacer una actuación digna, porque le tocan los dos finalistas del último mundial, España y Holanda. Eso es un dato.

—¿Pero digno en cuanto a resultados o digno en cuanto a juego?

—Digno en cuanto a juego. Hacer partidos collereados, batallados, que si el rival te gana, te gana porque es mejor, porque tiene mejores individualidades, pero que le cueste. Yo creo que Chile en el Mundial tendrá una participación digna. Le va a jugar de igual a igual a los rivales. Va a competir. Y se le alcanza, veremos. Pero Chile está en condiciones de competir, eso es lo importante.

—¿Cómo ves a Sampaoli en cuanto a las decisiones estratégicas o tácticas que vaya a tomar? ¿Seguirá con su filosofía, sin traicionarla, o a lo mejor, a partir de las últimas tendencias que se han dado en el fútbol mundial, irá matizándola?

—No, no va a variar. Él tiene una idea de juego, un estilo, una manera de entenderlo, y no la va a variar.

—Igual la moderó últimamente. Se ha basado más en la posesión que en el ataque directo.

—No, pero sigue siendo igual de vertical. Es como se va dando el desarrollo del juego, nada más. Cómo se van dando los partidos. Por ejemplo Chile, frente a Alemania, fue para adelante. Pero de repente te encuentras con un rival que no te ofrece espacios. Por eso pasa a ser un equipo un poco más posesivo con la pelota, pero, en general, la lógica indica que no va a variar.

—Entonces te parece que Chile irá para adelante, siempre.

—Va a ser protagonista. Eso es lo que quiere Sampaoli, el protagonismo. Ahora, si lo puede hacer, es otra cosa. Porque uno de los problemas que tiene la crítica en Chile, el periodismo deportivo y los hinchas en Chile, es que creen que se juega solo. ¡Y tú juegas con un rival! Parece básico, pero a muchos se les olvida. Y al rival lo puedes superar, lo puedes equiparar, o el rival te puede superar a ti. Y si el rival te supera, ¿qué vas a hacer? No hay mucho que hacer. Y el análisis en Chile, en general, se hace en una sola dimensión, unidireccional; es Chile Chile Chile. ¿Y el rival? Es lo mismo que sucede cuando se analiza a los equipos grandes. No se ve el rival. Si pierde alguno de los tres contra la U. de Conce, por ejemplo, es raro encontrarle méritos a la U. de Conce. ¡Pero por algo les ganó!

—¿En qué caso específico, respecto a Chile, ves ese comportamiento generalizado de la crítica?

—Siempre, siempre. Es difícil que la gente, que la crítica diga que Chile perdió porque el rival fue mejor. En general buscan y encuentran culpables. Siempre se trata de buscar un culpable. O muchas veces se busca la responsabilidad del entrenador, o se apela a la famosa frase de “le faltó ser ofensivo”. ¿Y si el rival no te dejó? ¿Si el rival te supera físicamente? Mira, yo nunca he visto correr tanto a un equipo chileno como corrió Chile cuando perdió 4 a 1 con Argentina en Buenos Aires, cuando Bielsa dirigía a Argentina, y la Selección venía del Preolímpico de Londrina.

—Las eliminatorias del 2002.

—Lo que corrió Chile ese día… ¡pero corrió detrás de la pelota! Yo vi, por ejemplo, a Maldonado pegarse piques de sesenta metros. A Clarence (Acuña) pegarse corridas de cuarenta metros. ¡Y no podían! Le dieron un baile a Chile ese día. Zanetti los destruyó por la derecha.

—¿Cómo crees que va a solucionar Sampaoli el problema de la defensa, de no contar con especialistas?

—Chile presionará mucho en toda la cancha. Será un equipo muy agresivo, que minimizará los riesgos tratando de que la pelota llegue poco a su área. Afortunadamente, la Selección tiene un arquero que corta centros, que no es fácil de encontrar. Y va a proponer, Chile, duelos mano a mano. Va a jugar mucho mano a mano. Porque tiene defensores rápidos: Jara y Medel lo son.

—La solución será parecida a lo que vimos en Alemania.

—Es lo que hizo Chile en el Mundial anterior. Tratar de presionar, de recuperar rápido, de tener la pelota y atacar. Que no lo ataquen. Porque si a Chile lo atacan, si lo meten adentro del área, se le complica, porque es un equipo bajo y sufre cuando le levantan la pelota.

—Lo que hacía a veces Sampaoli en la U, que al atacar terminaba con dos centrales parados en la mitad de la cancha.

—Claro, porque el rival no podía salir. Tal era la presión. No era que la U jugara con solo dos defensas, sino que el rival no podía salir. Y al final llega el momento, al no poder salir, en que los de arriba bajan a ayudar y no pueden. Uno de los problemas cuando te presionan y te atacan tanto, es que cuando recuperas y quieres salir, el otro arco te queda a setenta metros. Entonces se te hace dificilísimo llegar.

—Respecto a los últimos resultados, sobre todo en la Liga de Campeones, que han puesto en jaque el juego de posesión y de ataque…

—No, no, lo que pasa es que esas son discusiones que arma el periodismo casi de manera utilitarista pero que no son reales. El fútbol de posesión ha existido siempre. La escuela holandesa es posesión. Y el fútbol conservador también ha existido siempre. Los italianos han salido campeones cuatro veces jugando de la misma manera. Y el fútbol agresivo, de presionar bien arriba, está desde los setentas, lo mismo que el fútbol de posesión y de toque de Brasil. No, yo creo que todo sirve en el fútbol mientras no se haga trampa. Todo. Y no se puede hablar de táctica sin jugadores. Los jugadores son lo central. De pronto, el error en la discusión es que se plantea que a partir de la táctica, de cómo tú sales a jugar, vas a poder hacer una diferencia. Y no es así. Eso es falso, es un error. Es un error. Lo central son los jugadores. Si sales a jugar de igual a igual, a presionar bien arriba, y tienes defensores lentos, te van a boletear.

—Que es lo que le pasó al Bayern, por ejemplo.

—No, lo que le pasó al Bayern Múnich es que le hicieron dos goles a balón detenido.

—Pero en los contragolpes los centrales se mostraron mucho más lentos de lo necesario.

—Es que lo que decía Guardiola es verdad: si te pones a correr contra Cristiano y Bale, lo más probable es que te veas lento. Pero no es la norma. Es difícil encontrar dos delanteros más rápidos que esos. Pero los análisis son siempre con el resultado en la mano y sin el desarrollo del juego. Por ejemplo, el año pasado, cuando el Bayern eliminó al Barcelona, y se habló del 7-0 global de la llave, nadie dijo nada que, de los cuatro goles que le hacen al Barça en Múnich, hay dos en evidente fuera de juego, y el primero es falta. El gol dos y tres, que son los que resuelven la eliminatoria, son en evidente fuera de juego.

—¿Qué estilo táctico predominará en Brasil 2014?

—Yo creo que la mayoría de los equipos defenderá con cuatro atrás. En general va a ser un 4-3-3 en muchos equipos, que no es que sean tres delanteros sino que se van enganchando. Pero la mayoría, creo, jugará con cuatro defensores, dos volantes de recuperación, tres de salida y un punta referencial. O 4-4-2, para defender.

—¿Será, entonces, un fútbol más reactivo o más propositivo?

—Los mundiales no son ni reactivos ni propositivos. Los mundiales son a ganar nomás, no te queda otra. No hay espacio para el error. Los equipos toman providencias defensivas porque perder un partido te liquida. Perder uno en primera ronda, realmente te pone cuesta arriba la clasificación. Y después son a muerte. Lo que sí va a ser determinante, que marcará el desarrollo de este mundial, son las condiciones climáticas. Jugar en Fortaleza, en Natal, en Manaos, va ser bravo.

—La gracia que tuvo España, el último campeón del mundo, al menos para mí, fue que ganó el mundial jugando bien, yendo siempre al ataque.

—España fue un gran equipo. Un equipo extraordinario. Creo que fue un campeón indiscutible. Por ejemplo, para mí el mundial de Alemania 2006, el mejor equipo fue Argentina, que se fue invicto. Argentina fue el mejor equipo y tuvo mala suerte: se le lesiona Abbondanzieri, entra Franco, le hacen el gol, los penales. Pero fue lejos el mejor equipo, Argentina. No le dio, nomás. Pero en Sudáfrica, España fue lejos el mejor.

—Lo que a mí me parece es que, ahora mismo, no hay tantas selecciones, si es que hay alguna, con una vocación tan ofensiva como la de esa España.

—Chile. Es un equipo agresivo. Habrá que ver a los belgas. También Alemania. Pero yo creo que quienes jueguen en el norte van a depender mucho del clima.

—¿Qué ha sido lo más grato para ti de haber cubierto dos mundiales?

—Ver ganar a Chile. En Sudáfrica. Ver ganar a Chile en un mundial es una cosa… Y el partido con Italia, también, el 98. Ese partido no se me olvida. Por la carga emotiva, por cómo respondió el equipo ese día. Son cosas especiales.

80 años del futbol chileno Díaz

80 años del fútbol chileno
Danilo Díaz
Ediciones B, 2013
230 p. — Ref. $10.000

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GANADOR: Rodrigo Salvo Parra

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Sobre el autor:

Cristóbal Bley es periodista y editor de paniko.cl.

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