Revisamos la nueva Jackass 3D y te invitamos a verla en una exclusiva de m&m’s, el próximo martes 8 de febrero
Jackass 3D inaugura la nueva sala temática de m&m’s en el Cine Hoyts del Parque Arauco. El próximo martes. Acá te adelantamos la nueva aventura de Knoxville y sus secuaces.
¿Qué se puede escribir de esta película? Se preguntaba en voz alta Zamilo apenas finalizaron los más-emocionantes-que-la-chucha-casi-lloro créditos de Jackass 3D. En realidad, ¿ah? Está peludo. Bueno en primer lugar, a título personal, es la mejor película en 3D que he visto. La mejor. Aunque he visto dos. Destino Final 3 y esta. ¡Ah! y una de Michael Jackson astronauta o algo así ni me acuerdo. Pero esta le vuela la raja a todo.
Para los fans de Jackass, y bueno para cualquier hueón con los cocos bien puestos debajo del pico, ver una película de quizás el mejor freak-show de tele de nuestra generación, en el cine, y ahora más encima en 3D, es un momento que llena de gloria y felicidad. Ver sacadas de chucha realmente peligrosas, actos de valentía épica, tallas pesadas, carcajadas, golpes, disfraces, sangre, caca, vómito, pendejos, peos, meado, motosierras, motos, bestias salvajes atacando, etcétera todo registrado de una forma más que maestra (sorry Hermes) con foto, dirección, montaje y definición tan descuadradamente buena es una mezcla frente a la cual es imposible no quedar con cara de lobotomizado y con una sonrisa pegada durante las creo que dos horas que dura la película.
Pero por dentro, detrás de la cara de saco de hueas y las risas, transcurren sentimientos profundos. Pensamientos trascendentales. Porque mientras avanza el rato y las gracias de los compadres del Jackass van aumentando en intensidad y son tantas que después casi uno ni se acuerda lo que vio, al final estás mirando concentradísimo pero tu mente comienza a pensar otras hueás.
Es imposible no quedar con cara de lobotomizado
Yo por mi litro, pensé en el valor de la amistad verdadera. Mientras miraba como este grupo de culeados que uno ya conoce hace tantos años, se pegaban combos en los cocos, se sacaban los dientes, se tiraban serpientes, e-t-c, y seguían a pesar de todo siendo re-amigos. Re-amigos. Encontré que de eso se trata la real amistad, de pasar las peores hueás a través de los años: chaqueteos, pelambres, joteos a ex’s, una que otra zancadillita en la disputa de una lolita, o micro-traiciones, y seguir sintiendo ese mismo cariño que te permite recibir patás y combos por defender a un compita en caso de mocha o reírte hasta las lagrimas aunque sea con la mismas anécdotas medio añejas. Y cagarse de la risa de la misma cosa con solo mirarse. Hueás así. Esa complicidad, como le dicen, pero en un sentido estrictamente heterosexual. Heteromosexual.
Eso entonces. Vamos cerrando y el veredicto es que la película es extremadamente buena. Todas las estrellas le doy. Vayan a verla con amigos porque si van con polola o cita después van a querer puro llamar a sus amigos y ponerse a huevear.
