Hace rato que el cine español está haciendo terror y del bueno. “Los ojos de julia” ya está en la cartelera
Julia se está quedando ciega. Poco a poco se le va haciendo mas difícil poder distinguir los colores y formas que primero la ayudarán a buscar un culpable y después, a proteger su vida.
Julia (Belen Rueda, El orfanato) tiene que vivir la misma condena degenerativa en su vista que padecía su hermana, que acaba de morir. Para la policía la muerte de Sara, su hermana, colgada con una soga, es un suicido, para Julia en cambio, un asesinato.
La película dirigida por Guillem Morales y producida por Guillermo del Toro, se centra en la búsqueda del asesino, que podría ser cualquiera, que podría estar más cerca de lo que se piensa. Y el principal sospechoso es alguien que nadie ve, que nadie toma en cuenta, como esas personas que pasan sin pena ni gloria en todos lados, cuya existencia es parecida a un fantasma que se oculta en el anonimato y la oscuridad.
Por otro lado, Julia mientras peor lo pasa y corre mayor peligro, más deficiente es su vista, debido a que su enfermedad se va acrecentando con el estrés y las crisis nerviosas. Y ahí radica un ingrediente clave en esta película: el conectar eficazmente con el espectador utilizando la instintiva reacción humana de proteger al mas débil. Es en ese punto en que la película logra construir una base sólida para sostenerse y crear tensión, sin tener la necesidad de recurrir a trucos facilistas de un género que el cine español, cada vez más, parece manejar con mayor maestría.
En casi todas las películas de terror los protagonistas toman malas decisiones, pero pocas logran generar real empatía con ellos, ya que muchas veces, nos termina dando lo mismo si son asesinados o no. Incluso no es raro que hasta queramos que alguien los liquide, lo que hace que todo el argumento pierda sentido. En Los ojos de Julia no es el caso, porque la protagonista está en la mas completa indefensión y es prácticamente imposible no sentirse parte de sus tragedias y querer que no le pase nada o que se termine salvando.
Los ojos de Julia a través de su contundente argumento y buen ritmo, incluso hace olvidar ciertos guiños sensibleros que a mi juicio están de más, pero lo importante es que esta película nos da otra prueba más para hacer notar que no todo es derramar sangre para causar miedo, que mostrar más no necesariamente es mostrar mejor y que lo peor no está frente a nuestros ojos, sino que es lo que permanece oculto, asechando, como una sigilosa sombra que nadie ve.