Los Oscar 2011, la noche de las decepciones

por · Febrero de 2011

El Discurso del Rey fue la gran ganadora, dejando a un lado a otras cintas como The Social Network. Acá los descargos

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La noche de Los Oscar 2011, como suele suceder todos los años, acaparó especulaciones acerca de cuáles serían las producciones cinematográficas premiadas por la industria y la Academia. A Película del Año, Mejor Actriz, Mejor Actor y Mejor Director, se le ha sumado en las últimas versiones la expectación por Mejor Guión y Mejor Adaptación, sobretodo en este año en que varias películas eran basadas en historia real y adaptaciones de libros.

Con relación a estas categorías -y que claramente son las que conforman la estructura que lleva a una película a ser la gran ganadora– hubo algunas sorpresas que no fueron tan agradables en relación a calidad cinematográfica. Si bien El Discurso del Rey había sido levantada por la prensa, varios meses antes de los premios de la academia, claramente había categorías en donde otras películas lograban mayor logro y prolijidad.

En mejor guión original, películas como Inception (El Origen), claramente llamaban la atención por la complejidad de su historia y un concepto de cine que instalaba: el de una “nueva ciencia ficción” de la mano de su director, el gran Christopher Nolan. Sin embargo, las expectativas de unos pocos que entienden de cine fueron derrumbadas una vez más por esta Academia poco pudorosa, al dar como ganadora a El discurso del Rey, una historia de Jorge VI de Inglaterra, más cercana a un telefilm que a una cinta de grandes magnitudes, y que recuerda la cinta The Queen, de hace unos años atrás.

Por otra parte, la categoría de Mejor Adaptación de Guión, se la llevó The Social Network (La Red Social), la gran película de David Fincher, que habla sobre la historia del creador de Facebook. Esta cinta, debe ser junto al de Mejor Actriz obtenido por Natalie Portman por su excelente actuación en Black Swan del director Darren Aranofsky, lo más correcto en relación a la repartición de premios de este año.

Cuesta entender que directores como David Fincher o el mencionado Aranofsky hayan perdido frente a un mediocre y facilista Tom Hooper, quien ha hecho a lo largo de su carrera adaptaciones bastante simplonas y sin el espíritu de provocación que sus contendores tienen claramente.

Tras el premio obtenido por Portman, se esperaba con ansias quien sería el mejor actor en esta versión de los Oscars. Lamentablemente todo indicaba -debido a la obviedad de un programa de televisión de estas características- la película sobre el ex soberano de Inglaterra y padre de la actual Reina Isabel II se llevaría este premio también gracias al actor Colin Firth, quien en otras películas como Un Hombre solo ha demostrado su gran capacidad actoral que, sin embargo, no queda demostrada en esta cinta.

En la categoría de mejor película -última categoría de la noche- aparece un cada-vez-más-blanco Steven Spielberg para así presentar un compacto con las imágenes de las diez películas nominadas en esta categoría, mientras las imágenes avanzaban en la pantalla de fondo se escuchaba precisamente el discurso de un Colin Firth con investiduras reales personificando al otrora rey de Inglaterra. No había más que decir, la película también se había llevado el cetro principal de la noche y había cumplido con esa estructura para ser considerada, la película que se llevó los premios 2011.

Por supuesto el consuelo de todo esto es que cada año al terminar la ceremonia de estos ya clásicos premios, uno puede asegurar, frente a la pantalla, que Los Oscar nunca han sido garantes de calidad.

Los Oscar 2011, la noche de las decepciones

Sobre el autor:

Francisco Méndez

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