Un café con Leo Medel

por · Mayo de 2011

De Papá a LOOP, pasando por LED y su nueva película con Janis Pope

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Para hablar de lo que pasa, es bueno hacerlo con tipos que se preocupan de vivir y hablar en tiempo presente. Ni la añoranza del pasado ni la esperanza del futuro; puro presente. Leo Medel (director de cine y teatro, barba, rulos, profesor, zen) es un hombre al que la segunda década del siglo veintiuno lo pilla haciendo y haciendo cosas: muchas de ellas quizá no las conoces; muchas de ellas las tienes que conocer.

Detrás de una taza de café y un largo vaso de agua, Leo Medel habla con una calma y lucidez que parecen provenientes de años de meditación en la montaña. No parece ser la misma persona que en poco más de un año ha escrito y dirigido tres obras de teatro, filmado una película, creado un espacio cultural, trabajado en una productora y además viajado a Punta Arenas, su ciudad natal, para saludar a la familia. Hay gente que va y gente que viene, gente que mira y gente que hace. Leo es un hacedor. Un compulsivo hacedor de ideas.

Siempre sus obras (de teatro, de cine) son difíciles de explicar. No porque la trama sea muy compleja o el lenguaje muy elevado, sino porque el formato es tan. Si hay algo que define su trabajo es eso: el formato es muy. Todo comenzó con Papá (08), un film hecho para el dvd, en el que cada vez que le ponías play aparecía una versión distinta: cambiaba el inicio, se modificaba el final, salían personajes nuevos. Una película que tenía 36 mil posibilidades de sí misma.

Medel con Willy Semler y JP Fernández (productor y director de la Revista Merced)

El año pasado probó suerte en el teatro, y en mayo reestrenó LED (foto portada) en el Centro Mori, la tercera obra de una trilogía formada por piezas que sólo pueden ser vistas por una persona a la vez. Como las sopas: teatro para uno. Para hacerlo, diseñó una estructura a la que llamó El Gabinete, en la cual el espectador pasa a cobrar otro protagonismo, estando a solo 40 cms de los actores, en el medio de la obra, un personaje más, un espectador/usuario.

-Se ha vuelto popular entre los directores jóvenes, recién egresados, o gente un poquito más experimental –dice Medel, después de saludar a todos los trabajadores del café y de pedir con mucha educación un espresso-. Igual, experimental es una palabra súper de mierda, como la típica palabra que sirve para posicionar algo que no está dentro de ciertos cánones.

Pero si hay algo que define el trabajo de Leo Medel, es que sus creaciones no están dentro de ciertos cánones. La película Papá todavía sigue siendo única en su tipo en Chile; H2SO4 inauguró el formato del Gabinete, y la siguió LOOP, una especie de performance en la que cuatro actores repetían sin parar una frase de siete segundos, un remix humano en vivo. Puro experimento, que para sorpresa de muchos, hacen cola cada vez que se estrenan.

-Es que hay un público al que le resulta mucho más natural ver este tipo de obras, que ver o entrar a ver una obra de una hora y media al…

Parque Arauco.

-Claro. Gente que en verdad no va a ver teatro pero va a ver obras de cinco minutos. Tiene una cosa de video de YouTube, de estar vinculado a las redes sociales, de que las cosas pasan rápido en el fondo. Por ejemplo, la gente de más de cuarenta años claramente intenta escuchar el texto. Se para desde el intelecto a la weá. Y se siente atacada en esta circunstancia de… en que la obra pasa tan cerca que tú no podís tomar distancia para leerla, para racionalizarla. Pero la gente chica sale o con cara de ‘qué pajera esta weá, qué aburrida’, o con cara de ‘qué la zorra, la weá me encantó’. Nosotros queríamos siempre con LED que la gente saliera como después de haber ido al gimnasio. Yo creo que recién lo estamos logrando. Y funciona. La gente sale animada, como arriba.

LED

Pero no alcanza a terminar de contar sobre LED cuando ya está hablando sobre su próximo trabajo: una obra de danza montada en un café con piernas.

-He estado haciendo harto research, jeje. Pero lo que a mí me resulta bonito es inmiscuirme en las lógicas de relaciones de la gente. Yo a la gente de la danza no la cacho mucho. La gente del cine es súper soberbia; la gente del teatro tiene una cultura de la pobreza espantosa. Tiene como a Andrés Pérez que, en el fondo, el weón vivió una circunstancia de pobreza real, de miseria real y construyó algo en torno a esa weá; pero eso quedó ahí, y entra en conflicto con ganar plata, con los auspiciadores, con el éxito, con ser bueno. Es un mundo súper atormentado el del teatro en Chile, súper conflictuado consigo mismo. Súper de comentarios por detrás. Es bien terrible. A mí me gusta más el del cine. Es porque es más derechamente maraco, se dice las weás a la cara. La gente, creo, es más frontal.

¿Y por qué hacer algo con la danza?
-Es que la gente de la danza no tiene plata, no tiene recursos, no tienen ninguna weá. Pero les inauguraron una sala en el GAM y fueron la gente más feliz de la tierra. Todos se abrazaban. Y eran abrazos de verdad, no como los abrazos del mundo del teatro que son como ‘hola cómo estaiiii’, pero por la espalda te pegan una puñalada terrible. Y voy a tu obra porque tú después vai a ir a la mía. Es siniestrecillo el mundo del teatro. Pero el de la danza no sé, es como el de los nuevos medios. Como son weás pobres, están obligados. Es como ‘¿hagamos una weá juntos? Ya, hagamos una weá juntos, total, estamos cagaos’. Buena onda. Son más cooperativos, colaborativos. (Sorbo de café).

De nuevo hay una intervención en el formato, en cómo físicamente el espectador se vincula con lo que está viendo. ¿Esta tendencia tuya viene planteada de antes, al momento de pensar un trabajo, o te dai cuenta después, una vez que lo estai desarrollando?
-En el fondo, todas esas cosas las hago para acomodarme a las circunstancias más que para romper con ellas. Incluso a los autores, directores y actores que están saliendo de las escuelas de teatro y que son más chicos, les resulta interesante trabajar en el Gabinete, porque hay algo que les sale cómodo, es más chiquitito, las condiciones de producción son más pequeñas, es más sencillo, hay una cosa más de boceto o de ensayo. –Leo toma otro sorbo, muy pequeño, de café, y también toma un poco de tiempo para pensar lo que va a decir-. Al final, es como que hay demasiada más producción de contenidos, demasiada más… no sé, todo el cine que puedes encontrar en el mundo lo puedes encontrar efectivamente en internet para ver lo que querai. No se puede ver todo el teatro, pero puedes acceder a referentes en youtube. Todo está demasiado a la mano para que importe mucho una cosa en particular. Entonces dentro de esa lógica, a mí me interesa una obra que sea capaz de entablar una relación con lo que está pasando. Hoy todo lo que hacís tiene repercusión mañana nomás. Entonces tomárselo así como un artista tratando de lograr una obra definitiva, o trabajando muy pulcramente en una sola cosa, tengo la sensación de que es una pérdida de tiempo. Hay que redireccionar los esfuerzos, entenderlos de otra manera, entenderlos en cómo eres mejor parte de ese flujo más que en cómo instauras tu obra personal tuya que es para ti. A la gente ya no le importan demasiado los autores, a menos que seai Tarantino.

Y probablemente no aparezca un nuevo Tarantino porque Tarantino alcanzó a aparecer antes de que el mundo fuera como es hoy.
-Sí, hay mucho de esa lógica. Y él ya es un dj, mezclando weás que vienen de antes. Ya no hay situación de popularidad, pero en verdad se está levantando otra situación que es más interesante, que es la gente que es extremadamente popular porque funciona en un esquema multimedia. De verdad estructurada a todos los medios. Como Lady Gaga, como Hideo Kojima, como…

Copano.
-Jajaja. Copano, sí. Copano es tan multimedia. No, pero en términos de la relación con el arte o la estética, está esta gente bacán que logra hacer de sí mismos su propia marca. Están readaptándose, modificándose. Esa weá es bonita. No sé po, Hideo Kojima (diseñador de videojuegos), por ejemplo… yo todavía no juego Metal Gear 4 pero la weá es gigantesca, es como el equipo de tres películas, tres superproducciones…

Es como una vida entera.
-Claro, un weón va a pasar cinco años jugando esa weá. Es enorme. Monumental. El buen cine de hoy día yo creo que también, es como que es muy lígero, muy rápido, muy sencillo, y tú lo veís y te cagai de la risa o te hacís mierda, pero mañana no te va a importar demasiado; o también hay un cine así como enorme, onda Inland Empire, así como cuatro horas, en ese esquema de que pese.

***

-Sí, estoy tratando de irme al chancho con esa weá –dice Medel, respecto de su próximo intento cinematográfico-. Una película la vamos a hacer para el Gabinete. Una película para una persona. Que igual es cuático, porque el Gabinete viene desde la circunstancia de estar frente a la tele solo, entonces es un poco que vuelva a sí mismo, pero hay que repensarlo para que no se repita, que no sea como ir a tu casa a ver un dvd. Va a tener unas cosas así como voces en off que se activan si te movís hacia un lado o hacia otro, aunque antes de eso voy a estrenar una película en mi casa. Actúa la Janis Pope y si tú la quieres ver la vas a ver a mi casa, y pagas como veinte lucas y además yo te la cuento entremedio. Que sea una experiencia personal más profunda, justificada para una película, y que nadie se entere además de qué se trata.

Janis Pope, protagonista de 394-52 película para un espectador que se exhibirá en la pieza de Medel

Hay un mérito en que hayai logrado realizar todas estas cosas que de repente son locas de pensar, que quizá cualquiera las podría imaginar, pero que en llegar a producirlas está la dificultad. ¿Cuál es la fórmula? Porque hay mucha gente que se queda en la excusa de que en Chile no hay espacio cultural, pero tú hai demostrado lo contrario, encontrando tu propio espacio para hacer lo que se te ocurra hacer.
-Yo creo que es bien siniestra esa idea generalizada de que en Chile no hay espacios. Carlos Flores, un amigo, decía la otra vez una weá que es muy graciosa pero real, porque la he escuchado un montón de veces: la enorme cantidad de cineastas que te cuentan su película, que te dicen ‘mira, mira, escucha mi película’, pero que no la hacen. A mí me da la sensación de que tiene que ver con no estar pensando en el esquema abierto de las cosas, sino que pensar en que hay una cantidad de salas limitadas (en el teatro o en el cine) y que tú tienes que llegar a esas salas. ¿Pero por qué tenís que llegar a esas salas? Tampoco se trata de hacer las obras en la calle, pero hay espacios que podís ocupar, que son otros espacios. Yo creo que tiene que ver mucho con las escuelas de arte. Las escuelas de arte son súper vieja academia, que no te permite pensar fuera de… no es como la weá gringa de pensar fuera de la caja, es como pensar en todo el cuerpo social como un espacio más abierto, un patio de juegos. Podís hacer la weá que querai.

Apropiarse.
-Entonces yo no sé si hay un tip para eso, pero hay harta gente haciendo lo mismo. No se nota, se nota menos. Tiene menos vínculo con medios de repente, pero hay harta gente que está como haciendo cosas que operan en ‘no-espacios’, en espacios que no estaban definidos para hacer cosas. Nosotros vamos a abrir una galería de nuevos medios, la Galería Merced, y toda la gente, aparte de la primera exposición que va a tener que ver con otra cosa, casi todos los proyectos que van ahí son videojuegos, gente que hico videojuegos por hacerlos nomás

Se nota mucho que los artistas que están pudiendo hacer lo que quieren hacer, y además viviendo de eso, son los que tienen una conciencia comercial más avanzada, sabiendo vender lo que hacen pero sin necesariamente ser vendidos.
-Yo no entiendo bien de dónde viene ese concepto. Viene como de una perspectiva súper romántica del arte, de hace como dos siglos.

Sipo, los mecenas ya fueron ya.
-No existen. Nadie tiene el espíritu tan limpio. No sé. Es raro, es demasiado excesivo no aceptar la realidad, no aceptar el hecho de que vivimos en medio del mercado, y vivir en conflicto con el mercado. O sea. No sé. Es de una generación anterior esto de quejarse tanto. Yo siento que la gente a la que yo le hago clases, por ejemplo, no tiene para nada eso. Es mucho más desprendida. Ontológicamente mucho más liberal. Lo que quieren hacer lo hacen y ya.

***

Y a ti como magallánico y patagón, ¿qué te parece la reacción que ha suscitado acá Hidroaysén, más allá del proyecto mismo?
-Yo en verdad nunca he estado en Aysén, no tengo un vínculo. No sé, nosotros tuvimos el tema del gas allá (en Punta Arenas), que es un conflicto de otro tipo. Yo más me dedicaba a pensar en la actitud típica de la derecha de la transición que hablaba de la ingobernabilidad en la época de Allende, que termina siendo súper ridícula a la luz de todo esto. Si al final, desde que partió el año, el Gobierno ha tenido una crisis por mes. El gas, la Matte, Hidroaysén. Tampoco es una ingobernabilidad en cuanto a que la gente salió a la calle porque le picó el hoyo, no. Responde a algo. Da risa, al final: la gobernabilidad era súper sencilla con la carabina en el culo de la gente. Fuera de esa circunstancia, son unos rookies, un desastre.

Y da la impresión de que todos están aprendiendo al mismo tiempo y nadie hace las cosas bien. Ni el Gobierno sabe ser gobierno, ni la Oposición sabe ser oposición.
-La Oposición es una weá espantosa. Frente a eso lo único que queda es lo que está pasando: multitudes que emergen por sí mismas y que están buscando, exigiendo y demandando weás. Es bonito. Habla de algo que está vivo, que funciona, que tiene sentido, y que va a terminar en una sociedad civil súper fortalecida.

Cuando llega el momento de hablar de Piñera, es como si Leo Medel lo estuviera esperando. No es que demuestre ansiedad –esa que parece no existir ni poblar en su cuerpo magallánico. Pero surge rápida y fluida una buena cantidad de reflexiones, expresadas con la furia de un zen, con la rabia de un brahmán.

-No sé. Tú veís a Lagos y Bachelet y podís establecer una relación con el símbolo que ellos representan. Como un padre o una madre. Podís quererlos o no quererlos, podís odiarlos incluso. Estoy hablando desde una weá estrictamente semiótica o simbólica. A mí me parece intensamente conflictivo, y nadie le ha tomado el peso, el símbolo que representa Piñera, el símbolo de este presidente que tiene tics, que no sabe, que narra cosas que faltan a las estructuras culturales, que miente. Es una figura que está permanentemente mintiendo. Todo lo que hace es mentir. Si tú le quitai el audio a lo que está diciendo Piñera, te dai cuenta que es un cuerpo mintiendo. Y ése es el peor símbolo que puede tener un país, para un pendejo de trece años que se educa viendo esa weá. Es un weón que miente. Está mintiendo todo el rato. Miente miente miente miente. Y no tiene posibilidad de estar bien. Yo creo que pudo haber habido un gobierno de derecha que hubiese tenido más dignidad, con otro weón a la cabeza. Pero no el de Piñera, claramente.

Alma Rates, Directora Galería Merced de Nuevos Medios

Aunque siguiendo algunas lógicas históricas, quizá, este momento pueda ser necesario para producir un momento mejor. Como un George W. Bush. Al final Obama terminó siendo mucho más decepcionante de lo que se esperaba, pero igual es mejor de lo que había antes. Cuando hay en el poder figuras que ineptas, que no son buenos ejemplos ni referencias –como Piñera-, generan el espacio y el momento para que aparezcan figuras de verdad que inspiren a la gente a generar cambios.
-Sí. Yo siento que es súper necesario en este momento pararse y dejar de ser todo lo cínico que fuimos durante la transición. Esa cosa que adoptamos bien Saturday Night Live al peo, de reírnos de circunstancias que eran preocupantes o serias. No es que sea malo reírse, pero hay un momento en que hay que decir ‘ya, esto ya no es gracioso’. Tomar una posición. Estamos demasiado acostumbrados a los consensos y a no tomar posiciones.

***

-Con todo esto de las redes sociales siento que se ha perdido el valor de la opinión. Antes lo tenía una poca gente, e independiente de cómo se hayan ganado ese derecho, creo que se preocupaban de ejercerlo bien. En cambio como ahora está tan fácil entregar una opinión y hacerla relativamente pública, se ha trillado mucho. Me parece que no debería ser tan democrático el valor de la opinión pública. Todos deben y tienen que tener una opinión, pero no a todo el mundo le interesa la opinión de todos. Y la gente está pensando que a todo el mundo le interesa lo que decís, y por eso es que andan todo el tiempo sacando fotitos y posteándolas al instante.

-Sí, hay una weá que es cuática –responde Leo-. Como un perspectivismo, en el que todas las perspectivas posibles son válidas. Es un poco terrible, un poco insensato. No responde al sentido común de nadie. En algún momento igual esa weá se va a tener que normar. A mí me da la sensación de que en la pasada de que twitter haya tenido tanta fuerza y que se haya transformado en una weá tan egótica, ‘yo estoy comiendo salchichas, yo estoy en el baño’, súper yoica la weá, que los tumblrs hayan cobrado tanta fuerza a mí me parece bonito. Un tumblr es una serie de impresiones de un weón. Tú podís observar o entrar en el mundo interno de ese weón sin que él te lo esté imponiendo y lo lees a través de sus impresiones más que a través de lo que él quiere decir de él mismo. Igual todas esas opiniones generan una gran opinión, eso igual pasa, pero sí te encuentro razón en eso. Es necesario de nuevo tener algún tipo de referentes, gente que se haya ganado su espacio.

Hay una escasez de intelectuales hoy. No necesariamente tienen que liderar la conversación hacia alguna parte. Quizá todavía quedan, pero son muy pocos y están muy solos y muy anticuados.
-Quizá faltan intelectuales que sepan emerger desde la marea nueva, con las circunstancias actuales. Tiene que pasar que haya un weón que naturalmente se levante.

Tú podríai asumir ese rol. Leo Medel intelectual. Tenís barba.
-Jaja. No sé. No sé qué es lo que nos falta. Va a tener que aparecer algo. Yo siento que nos faltan figuras y símbolos fuertes. Gente que encarnadamente, figuras o personas que representen algo en el espacio multimedial, sean capaces de representar una weá fuerte y dura, que sean transversales a varios medios a la vez. Ahora tenemos mucha gente muy capacitada pero para un medio en particular. Hay buenos twitteros, hay gente que tiene tumblrs muy bonitos, gente que sabe hacer que una weá tenga comentarios en facebook. Pero no hay gente que sea realmente transversal a todo eso. Hay gente que lo intenta. A mí me parece cuático las Lady Gagas o las Miley Cyrus. Si tú lo pensai, Hannah Montana era un constructo multimedia cuático. La weá operaba en todos los espacios, una estructura totalmente 360, de dominio total de los medios. Era tan espantoso como maravilloso.

Un café con Leo Medel

Sobre el autor:

Cristóbal Bley es periodista y editor de paniko.cl.

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