Especial estrenos Cuevana: Diarios de Ron

El libro que más veces he releído es Diarios de Ron. De verdad. Mínimo unas 6 veces. No es mucho decir. Es decir, no he leido tantos libros tampoco. No es en ningún caso el punto.

El punto es que se cumplió un año más desde que HST tomara la elegante decisión de pescar su escopeta destaparse la sesera y dejar morada negra azul rosada y roja la muralla donde además quedaron estampados sus sobregirados, rodados de hueveo, tornillos. Pero nuevamente erré el punto.

El punto, y ahora sí, es que hace un par de semanas tuve el deleite de ver por fin la pelicula, la adaptación realmente, del mencionado libro. Vamos sacándonos la manito del trajebaño y levanten el dedo con pelos y arena los que al igual que yo la estaban esperando con la desesperación de quien aguarda paciente, ilusionado y nervioso, al amigo mientras va hacer la mano.
Ok. Lo primero que hay que decir es que es una adaptación súper libre del libro. El escenario es el mismo, los personajes también, casi, pero si bien la historia es más o menos la misma también se toma la libertad de tomar desvíos y rutas alternativas. Cosa que en un primer momento me hizo poner la ceja como La Roca y desconfíar. Pero eso fue cuando vi el tráiler nada más. Lo cierto es que desde la secuencia inicial hasta los créditos no hice más que disfrutar absorbiendo hasta la médula cada escena y reír emocionado y cómplice y hacer pucheros y todo el show.

No sé acaso estará de más decir que sospecho que los verdaderos fans de HST le compramos todo a Johnny Depp. Al menos yo sí. Al punto de encontrar una mierda Where the buffalo roam, ninguneando incluso de pasada a Bill Murray. Resulta que la pelicula de Diarios… la querian hacer, los dos, Hunter y Johnny, desde la época de Pánico y locura en Las Vegas con Terry Gilliam el 98. Era entonces, una deuda que el amigo vivo mantenía con el amigo muerto y eso es algo serio. Además de Depp dándole como una bestia, aparece como Chenault (la mina) una inolvidable Amber Heard y quizá mi actor favorito, Giovanni Ribisi, como Moberg, un periodista tan desquiciado y drogón, como querible.

Así las cosas, lo cierto es que a la película le fue como las hueas en el cine. Acá ni siquiera llegó. Cosa que, aceptémoslo, lo hace todo mucho más hipster y la zorra. Pero aparte de eso, y ahora hablando en serio, me tinca que esta es una de esas hueás que crecen con el tiempo. Que pinta para clásico, bueno, al menos, para los fans, que recibimos esta película como un regalo del cielo. Como una gotita de triunfo en un mar de derrotas.

Pura mierda, realmente lo único que puedo decirles es que la vean.